En los últimos años Netflix se ha convertido en un gran referente en cuanto a calidad de contenido televisivo a pesar de que su oferta audiovisual se puede apreciar a través de servicio de streaming. Si bien es cierto que no todo su contenido original es una obra de arte, la gran mayoría de sus proyectos logran capturar la atención de la audiencia y crítica por igual; esto es gracias a una excelente labor de producción y desarrollo de sus historias en donde es evidente que existe una gran libertad creativa. No por nada directores de la talla de David Fincher han estado involucrados con el desarrollo de series para esta compañía, y hace solo un par de días se estrenó un nuevo proyecto titulado Stranger Things.

En Stranger Things se nos introduce al poblado de Hawkins, Indiana en el año de 1983, donde conocemos a Mike, Dustin, Lucas y Will, un cuarteto de niños que son grandes amigos y comparten una gran pasión por la ciencia. Este grupo de amigos nos muestra lo cotidiano de su vida, donde se incluyen algunos clichés de este tipo de historias tales como el bullying, una madre soltera, el policía con un pasado trágico, así como el hecho de que radican en un pueblo donde jamás pasa nada extraordinario y donde prácticamente todos se conocen. Para posteriormente llevarnos hacia lo que verdaderamente importa en la trama, la desaparición de uno de estos niños, Will, y la introducción de una niña llamada Eleven (Once en español), además de una misteriosa presencia a lo que apunta a ser un terrible monstruo acechando en los alrededores del pueblo.

Con cada capítulo que vemos, se hace más notoria la gran serie de referencias y homenajes que Stranger Things hace a cineastas como Steven Spielberg, Robert Zemeckis, John Carpenter, Guillermo del Toro e incluso a obras literarias que provienen del aclamado autor Stephen King. Homenajes que van desde similitudes a filmes como The Goonies, E.T. e incluso momentos horroríficos claramente influenciados por cintas como The Thing o It, todo envuelto en un aura de suspenso que nos remite a los mejores tiempos de una serie como The X-Files, donde las dudas y teorías de conspiración engancharan al espectador desde el primer hasta el último episodio de este proyecto.

El principal acierto de esta nueva propuesta proviene de su excelente reparto, desde una convincente Winona Ryder como una madre preocupada por la desaparición de su hijo menor, hasta la gran amistad que se ve reflejada en este grupo de niños que hacen lo posible por investigar qué le ocurrió a Will, aún cuando los detalles que encuentran los sobrepasan en cuanto a su capacidad y comprensión. Pero quien brilla sobre los demás es sin lugar a dudas Millie Bobby Brown, la misteriosa chica apodada Eleven, al no tener un nombre real (y cuya trama personal remite al anime Elfen Lied), ya que su interpretación abarca un gran rango de emociones que no cualquier infante pudo haber llevado a cabo; emociones como el miedo, ira o incluso el cómo puede transmitir empatía con una breve sonrisa es algo realmente impresionante.

Aunque también aquí entra un problema en cuanto a la narración al introducirnos a tantos personajes para una sola temporada, ya que además de la mamá, los niños, Eleven y el jefe de policía, están los adolescentes y una sub-trama que se ve orientada más hacia otros géneros. E incluso los que peor desarrollo tienen son los supuestos “villanos” de la historia, pues a diferencia de The X-Files o incluso E.T., las compañías gubernamentales siempre tienen oscuros secretos, pero sus motivaciones quedan justificadas, creando a personajes verdaderamente memorables, y en Stranger Things esto no sucede, creando un estado de insatisfacción al respecto. Otro punto en contra es el desenlace de la historia en donde se hace evidente el deseo de los creadores y la productora por querer alargar de más un proyecto que sencillamente no lo necesitaba. Esto provoca que ciertos personajes actúen de una forma totalmente opuesta a como lo venían haciendo a lo largo de cada episodio, y se siente como una especie de acto de traición no solo hacia ellos, sino hacia la audiencia, pues estamos hablando de acciones que no terminan de cuajar del todo. Además existen muchas situaciones que se quedan sin una explicación, lo cual indica que el guión no fue planeado al cien por ciento para evitar crear huecos que terminan por ser un lastre.

En resumen se puede decir que Stranger Things es una gran carta de amor a todo aquello que amamos de los 80, desde el diseño de personajes, la fotografía, la música y la trama por supuesto. Logrando crear un producto muy adictivo y entretenido lleno de dosis de nostalgia, con un buen manejo del horror, suspenso y ciencia ficción; pero que desafortunadamente no logra convertirse en ese clásico que muchos esperábamos que fuera debido a sus pocos pero grandes errores, que terminan pesando mucho hacia la recta final de una historia que acarició la grandeza, pero se perdió en el camino.

Netflix Review: "Stranger Things"
Lo Positivo
  • Los personajes
  • La amalgama de homenajes a clásicos de sci-fi y horror de los 80
  • El soundtrack
Lo Negativo
  • La actitud de ciertos personajes hacia el final no tiene sentido
  • El desenlace se siente abrupto y mal planeado
  • Los huecos en la trama y el final que indican una posible (y forzada) continuación
7.5Nota Final
Puntuación de los lectores: (6 Votes)
7.7