Andréi Zviáguintsev inició su carrera dentro del cine como actor, pero ha dejado mostrar su talento como guionista al escribir sus propias películas, así como también ha incursionado con gran éxito dentro de la dirección. Afortunadamente sus filmes han ganado varios premios internacionales, incluyendo el León de oro de Venecia; El premio a mejor guión dentro del Festival de Cannes, junto a Oleg Negin; y el Globo de oro, estos últimos por su trabajo más reciente, Leviathan. Actualmente se encuentra dentro de los nominados al Oscar en la categoría de Mejor Película de Lengua Extranjera.
La película toma el nombre del monstruo marino al cual se hace referencia en el libro de Job, el cual forma parte de la Biblia, en donde el personaje de esta historia es una versión moderna de la misma. El Leviatán es una bestia gigante que nadie puede enfrentar, una fuerza dominante que llega a aplastar y destruir. Así como Thomas Hobbes -el filósofo político inglés- Andrey hace la misma referencia que el libro del inglés, mostrar al poder como un estado y gobierno controlador, al que no deberías atacar; y para exponer esa fuerza superior ante un hombre que se atreve a desafiar ese gran monstruo, jefe de un gran sistema.
Y ese personaje es Kolia, quien junto a su esposa e hijo, tratará de revertir la decisión que ha impuesto el alcalde del pueblo para quitarle todo lo que le pertenece, su trabajo; su pequeño negocio y el lugar que lo vio crecer. Kolia solicita el apoyo de un amigo de la juventud, ahora convertido en abogado, y con ayuda de su familia y algunos amigos, desafiarán a ese “monstruo” que hará todo lo posible para que a Kolia le vaya muy mal, por el simple hecho de haberlo retado; nadie que le rodea estará a exento de sufrir daño alguno. La búsqueda de justicia en donde no existe, la esperanza de conservar todo lo que es suyo, hará que Kolia se de cuenta de que no todo se solucionará en la forma que el quisiera a pesar de estar haciendo lo correcto.
La historia se desarrolla en una aldea de la península del mar de Barents, al norte de Rusia, donde se exhibe una Rusia corrupta, en donde los personajes van descubriendo los aspectos crueles del amor, de una amistad cercana, de la confianza que se quiebra por no ser merecida. El paisaje de esa parte del mundo luce tan espectacular, no sólo por la naturaleza de la región, sino también por la maestría de la fotografía, y mientras vemos los sucesos de la vida de Kolia -con la ayuda de un excelente guión- nos percatamos que no importa vivir en una región así de bella, si el corazón del ser humano sigue siendo cruel.
Andréi, muestra aspectos muy humanos en sus personajes que se desarrollan de una forma muy natural, ya que se manejan con una gran delicadeza y lentitud. El único aspecto negativo del largometraje es que tiende a alargarse en ciertas escenas, lo que puede afectar al espectador, ya que podrá salir con una sensación de cansancio ante lo complicado tema y la edición de la historia. Pero todo lo anteriormente mencionado vale la pena observar y disfrutar, sin demeritar ningún logro técnico. Porque lo que más importante es ver el desenlace de la vida de Kolia, el cual es un retrato perfecto de las circunstancias en las que nos encontramos hoy en día, ya sean de forma política o social, un presente poco esperanzador sin lugar a dudas.
La película no ha estado libre de polémica, actualmente el ministro de cultura de Rusia, Vladímir Medinski, la ha descrito como una película anti-rusa y otras autoridades han querido prohibirla. Sin duda, Leviatán muestra hechos ficticios, pero a su vez es una realidad universal, en donde este tipo de casos son ciertos en la mayoría del mundo, e incluso hasta vergonzosos y al que a nadie le gustaría verse envuelto. Por eso si llega a ganar el Oscar la noche del 22 de febrero, no dudamos que seguirá dando más de que hablar.
- El guión
- La fotografía
- La duración