Terminar una relación nunca ha sido una tarea fácil y resulta complicada para ambas partes. La persona “cortada” sufre de desamor, mientras que “quien corta” puede presentar problemas para hacerlo. Esa es la historia de “Tiempos Felices”, una comedia que narra qué tan difícil es dar el cortón definitivo.
Max (Luis Arrieta) es un joven que se encuentra atrapado en un aburrido noviazgo con Mónica (Cassandra Chiangherotti). Tras varios intentos fallidos por intentar cortar con ella decide contratar los servicios de una agencia especialista en terminar relaciones. Sin Embargo, Max se arrepiente de esa decisión provocando que se desaten una serie de sucesos incómodos.
La historia se desarrolla alrededor de los años 50’s en la que existían todas las modas que podemos encontrar en el clóset del abuelo. Ese es el mayor logro de la película, una diseño de producción bien cuidado para deleitar el ojo hipster.
El ENORME problema recae, como casi siempre, en el guión. Lo que prometía una historia interesante y divertida termina siendo un ridículo cuento inverosímil y aburrido. La Ópera Prima del director Luis Javier Henaine pierde rumbo, lo único que parece haber concretado es conseguir encuadres similares al estilo de Wes Anderson.
Luis Arrieta entrega una actuación intrascendente y su compañera Cassandra Ciangherotti es la que saca el talento, aunque no luzca del todo en ese personaje.
Pésimo humor, situaciones absurdas y el siempre presente estereotipo del amigo del protagonista, son otros pésimos aspectos que terminan por aderezar una película de la cual se esperaba un gran sabor de boca.
Creí que no existiría peor película que “la de Juan Gabriel”. Qué equivocado estaba.
- Cassandra Ciangherotti
- Fotografía a momentos bien lograda
- Buena producción
- El guión
- Actuaciones