Una de las historias más queridas y famosas por muchos de nosotros es sin lugar a dudas Le Petit Prince o El Principito como mejor le conocemos. Una historia catalogada erróneamente para niños y que fue escrita en 1943 por Antoine de Saint-Exupéry, en donde el protagonista es un piloto de avión que después de sufrir un accidente, queda varado en el desierto del Sahara por ocho días; es durante este lapso que conoce a un joven muy peculiar, de cabello rubio, una risa encantadora y que proviene de un asteroide (B-612). De esta forma comenzará una inusual amistad entre este “niño” y el “adulto”.
“Dibújame un cordero”.
En esta “libre” adaptación de uno de los libros más vendidos en la historia, se nos introducirá a la vida y rutina de una pequeña niña y su madre, quien desea que su hija sea aceptada en un colegio de gran estatus social. La niña, siguiendo los consejos de su madre decide satisfacer a su yo adulto esforzándose al máximo para que pueda accesar a tal lugar, pero todo esto se verá interrumpido con la introducción de “El Aviador”, un hombre de edad avanzada que se rehúsa a pensar, actuar y ser lo que la sociedad indica que un adulto debería ser. Es así que “La niña” entrará en contacto con su lado aventurero, ese que todos tenemos (teníamos) cuando eramos tan solo unos infantes, tratando de descubrir el hilo negro de las cosas, y haciendo amigos en el camino.
De esta forma y con este personaje, se nos introducirá a la historia de El Principito, un niño que vive en el asteroride B-612, pero que dejó su hogar después de haber sufrido gracias al amor que tenía por una rosa, su rosa. De esta forma comienza a explorar el universo conociendo a una variedad de peculiares individuos, todos ellos “adultos” quienes se complican la vida con cuestiones que no atañen del todo al principito, hasta que coincide con “El aviador”, un hombre con quien verdaderamente forja una amistad pero que de forma muy trágica, deberán tomar caminos distintos y separarse.
“Es muy triste olvidar a un amigo, no todos han tenido a un amigo”.
Los elementos clásicos de la historia se harán presentes, la víbora, el zorro, y demás personajes importantes irán dejando su huella poco a poco, sacando más de una lágrima al espectador en el proceso. Y después de conocer a todos esos individuos nos veremos en la necesidad de regresar al mundo de “la niña”, lo que tal vez se puede llegar a sentir un tanto monótono y cliché pues siendo parte de un argumento extendido, que funciona más como alguna especie de secuela a la trama principal, se pierde un poco esa magia que solo el principito nos puede dar.
Es evidente que esta adaptación no llega a alcanzar la exquisitez de la obra original, pero a pesar de todo cuenta con gran fuerza dentro de su argumento que expande la trama original, volviéndola mucho más digerible aunque eso no significa que sea una historia para niños pues su enfoque es mucho más maduro. La grandiosa dirección de Mark Osborne haciendo uso de las excelsas actuaciones de voz de Mackenzie Foy, Jeff Bridges y Riley Osborne, aunado a una bellísima animación —en especial las secciones de stop-motion— y por supuesto, la fantástica música del maestro Hans Zimmer quien hace mancuerna con Richard Harvey y la cantante francesa Camille, entregándonos una de las bandas sonoras más completas en lo que va del año.
El Principito es una buena adaptación de un libro que pudiera considerarse imposible de filmar, pues está lleno de hermosas metáforas y grandes enseñanzas de vida, que de forma afortunada esta película también posee a pesar de mostrarlas de distinta forma. Los temas presentes son el amor, amistad, soledad y el análisis de lo que significa madurar, crecer y todo lo que esto conlleva; olvidando de forma desafortunada la inocencia que nos convertía en algo realmente especial hace muchos años, cuando eramos niños, pero que paradójicamente solo podemos entender completamente ahora que somos mayores.
“Sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”.
- La historia
- Gran score de Hans Zimmer, Richard Harvey y Camille
- Las secciones de animación stop-motion
- Algunos puristas se pueden ofender por las libertades que se toman dentro de la trama
- Los cambios de animación CGI a Stop-motion pueden ser muy drásticos