Por Arturo Pérez Reyes
Director: Shane Black
Actores: Robert Downey Jr, Gwyneth Paltrow, Ben Kingsley,Guy Pearce, Rebecca Hall, Don Cheadle, Jon Favreau
Las adaptaciones de comics parecen ser el único género que no pasa de moda, pues generación tras generación los superhéroes han invadido la pantalla grande para el deleite de adultos y jóvenes por igual. Pero en los últimos años, un héroe sin superpoderes, pero con una gran tecnología y carisma, ha logrado robar el corazón de los espectadores y conquistar la taquilla mundial por encima del resto de “Vengadores” de la casa Marvel.
“Irom Man” sorprendió en el 2008 con su primer entrega (dirigida por Jon Favreau), ya que no sólo era una más de superhéroes, sino que resultaba una cinta verdaderamente entretenida, con un héroe sarcástico con mucho carisma y corazón, y una historia de amor verdaderamente encantadora. Dos años más tarde, Favreau volvió a la carga con una secuela por demás desangelada, que no era otra cosa sino la versión corregida y aumentada de su antecesora, pero sin el alma y carisma que caracterizaban a ésta.
Tres años después de la segunda entrega, y a un año de la exitosísima (y sobrevalorada) “Los Vengadores”, llega la cinta que convierte a ésta saga en una trilogía, ahora de la mano de Shane Black, legendario guionista de clásicos ochenteros y noventeros como “Arma Mortal”, “El Último Boy Scout” y “El último gran héroe”.
Iron Man 3 comienza con una premisa verdaderamente prometedora: en el año de 1999, un Tony Stark mujeriego conquista a una hermosa e idealista botánica (Rebecca Hall), quien desarrolla un proyecto para restituir miembros perdidos, sin embargo el proyecto presenta una terrible falla que puede convertirse en un arma tan mortal como una bomba atómica. Simultáneamente, Stark rechaza las propuestas de Aldrich Killian (Guy Pearce), un entonces tímido, pero ambicioso científico que no olvidará el rechazo de Stark.
De vuelta a la época actual, nos encontramos a un Stark un poco más cansado que en las entregas anteriores, con ataques de ansiedad y conflictos emocionales que le impiden el adecuado manejo de su tecnología y afecta su vida de pareja con la hermosa Pepper Potts (Gwyneth Paltrow). Si esto no fuera suficiente, un temible terrorista conocido como “El Mandarin” (Ben Kingsley) que se proclama a sí mismo un “maestro”, comienza a generar terribles ataques en los lugares más importantes del país para dejar muy en claro su enseñanzas, sin embargo, las armas que utiliza tienen muchas similitudes con el proyecto botánico que años antes el mismo Stark presenció.
De entrada, la cinta es bastante prometedora, ya que si bien no tiene una espectacular secuencia inicial como las cintas de Batman dirigidas por Christopher Nolan, promete un villano verdaderamente terrorífico y lo suficientemente realista para aterrar al espectador, pues Iron Man siempre se había enfrentado a villanos poco realistas y caricaturescos que no pasaban de entretener.
Sin embargo, al avanzar la cinta, ésta promesa se diluye con los absurdos giros de tuerca en la trama y se convierte en una caricatura más, bastante obvia y desdibujada, cuyo final puede ser adivinado cuando la cinta apenas lleva la mitad de su duración. Si bien, muchos twists en las películas son lo que las diferencía de las demás y las vuelve sorprendentes, hay ocasiones, como ésta, en que por demás salen sobrando y dejan esa incómoda sensación de lo que la cinta pudo haber sido.
Las actuaciones son correctas sin ir más allá, Robert Downey Jr nos presenta un Tony Stark/Iron Man, bastante más digerible que el insoportable y forzadamente gracioso personaje que creo en Iron Man 2 y Los Vengadores, pero sin embargo, parece ser que Downey Jr (o los guionistas) olvidaron la gracia y carisma con la que dotaron al personaje en la primer cinta. Gwyneth Paltrow puede presumir ser una de las mujeres más hermosas, distinguidas y elegantes del planeta, aparte de ser una extraordinaria actriz, pero tristemente, la esposa de Chris Martin no ha tenido un personaje a su altura en años; aún así luce espectacular como Pepper Potts y no podríamos concebir la trilogía sin ella. Su contraparte femenina, Rebecca Hall es bastante gris en su personaje, es clara la diferencia cuando un director como Woody Allen (quien la dirigió en Vicky, Cristina, Barcelona) lleva la batuta del proyecto. En cuanto a los villanos interpretados por Guy Pearce y Ben Kingsley, no queda más que decir que el problema no recae en sus actuaciones sino en el pobre desarrollo que se les dio a sus personajes desde el guión, llenos de clichés y carentes de toda lógica o complejidad que los haga humanos ante los ojos del espectador, pero aún así, cabe resaltar que Kingsley tiene dos secuencias espectaculares.
Visualmente, como era de esperarse, la cinta esta excelsa. Los efectos visuales son de primer nivel, el ganador del Oscar John Toll (Leyendas de Pasión) logra una adecuada fotografía, y los efectos de sonido en todas las secuencias de acción son verdaderamente espectaculares. El score de Brian Tyler por su parte, es bastante apropiado y logra transportarnos a un mundo de superhéroes y batallas.
Ciertamente “Iron Man 3” es superior en todos los aspectos a su antecesora, pues logra ser bastante entretenida a pesar de ser muy predecible. Pero se siente como una forzada trilogía de un personaje existoso, y, tanto en la segunda como la tercera entrega, podemos detectar una clara intención de buscar cuales son los elementos positivos y negativos de la cinta anterior para que la siguiente pueda funcionar formuláticamente, es tristemente ahí donde se pierde el ingenio, magia y encanto de ésta, que pudo ser una extraordinaria trilogía considerando el potencial de la primer cinta.
El filme ha recibido infinidad de elogios por parte de la crítica estadounidense, que parece estar casada con todos los productos de Marvel, pero la verdad sea dicha, al igual que en el caso de “Los Vengadores”, estamos frente a una cinta sobrevalorada que presentaba una premisa espectacular y, que si volvemos a ver el primer trailer despues de ver la cinta, podremos darnos cuenta cuán prometedora resultaba y lo decepcionante que en realidad fue.
Una cinta más de superhéroes, poco trascendental, sin mayor complejo y recomendable sólo para los amantes del cine palomero un domingo por la tarde. Para quien buscan un poco más en éste tipo de cintas, se les recomienda revisar nuevamente la trilogía de Batman que hace poco presento Nolan y esperar a que la versión que produce de “El Hombre de Acero” tenga mayores aspiraciones intelectuales.