Director: Alexander Payne
Actores: George Clooney, Shailene Woodley, Amara Miller, Judy Greer, Matthew Lillard, Robert Forster.
En plena carrera por el Oscar, llega “Los Descendientes”, cinta del norteamericano Alexander Payne (“Entre Copas”, “About Schmidt”) que con sus cuatro nominaciones en las categorías principales, se perfila como una de las grandes favoritas.
Basada en la novela de Kaui Hart Hemmings, la cinta nos narra la historia de Matt King (George Clooney), abogado descendiente de una poderosa familia en Hawaii, quien al tener a su esposa en coma tras un fatídico accidente, comenzará un viaje con la finalidad de avisar a todos los seres queridos de su casi difunta mujer, para que éstos “en vida” puedan despedirse de ella. Sobra decir que el viaje en realidad no es sino un vehículo para explorar las relaciones interpersonales de nuestro protagonista, ya sea con sus hijas adolescentes, sus familiares ambiciosos o los secretos de su mujer, y ponerlo frente a frente con sus propios demonios para hacer así una compleja exploración del ser humano y las tragedias cotidianas a las que se enfrenta independientemente de su condición social o el lugar donde radica.
La cinta de Payne atrapa al espectador desde su poético inicio y su deslumbrante locación a la cual el propio King hace referencia:
“La gente cree que por que vivo en Hawaii vivo en el paraíso, como en eternas vacaciones, ¿Cómo pueden pensar que nuestras familias tengan menos defectos, que el cáncer sea menos mortal…?” .
Por lo que desde el primer minuto de la cinta, el espectador puede sentir que casi conoce al personaje y ya ha logrado la primera identificación con el mismo. Mucho se ha alabado en este sentido el trabajo de Clooney, sin embargo es la complejidad del personaje escrito por Hemmings y el tratamiento de su director quienes conducen a un siempre correcto, sin ir más allá Clooney a tierra firme.
El resto de las actuaciones son francamente sorprendentes, en especial Shailene Woodley (nueva gran promesa) y Amara Miller quienes interpretan a las hijas adolescentes de Clooney. Estamos frente a una de esas cintas que están divididas por una pequeñísima línea entre la comedia y la tragedia, como la vida misma, por lo que no tenemos grandes dramas, escándalos o situaciones que resulten actoralmente tan lucidoras. Es la intensidad y naturalidad de las actuaciones las que logran conmovernos, hacernos reír, y en un descuido casi llorar.
Por su parte, no sorprende la eficacia de Payne en la dirección, pues se encuentra en el mismo terreno que ya ha recorrido anteriormente. “Los Descendientes” se encuentra exactamente en la misma línea de otras cintas de su realizador como “Las Confesiones del Sr. Schmidt”, “Entre Copas”, o “La Ciudadana Ruth”, película de TNT independiente por excelencia.
Como en las ya mencionadas, el resultado por parte de su realizador siempre es bastante decoroso, sin embargo estamos también frente a un director que resulta un tanto repetitivo en su género y estilo, ya que si bien sus historias son muy distintas entre sí, el ritmo, las situaciones y los temas (relaciones familiares, psicología del hombre de mediana /adulta edad, autoconocimiento a través de un viaje) son prácticamente los mismos.
Los descendientes no tiene una narrativa que no hayamos visto antes, la historia si bien es bastante compleja no es nada que Woody Allen o el mismo Payne no hayan dicho antes, y si a nominaciones y favoritas del Oscar nos vamos, recordemos que había una época donde las películas nominadas (no hablo de ganadoras) eran de la talla de Star Wars, Taxi Driver, Pulp Ficton, Sueño de Fuga, El Piano, Las Horas, o El Cisne Negro, por lo que la presencia de una cinta como “Los Descendientes” como la carta fuerte para quitarle a “The Artist” la codiciada estatuilla, sólo nos habla de las pocas realizaciones dignas de un premio en el triste 2011.