Después de por fin haber logrado obtener el Oscar por su papel en Still Alice, la actriz Julianne Moore regresa a la pantalla grande interpretando nuevamente, a otro personaje que cuenta con una enfermedad terminal en No Sin Ella. Aquí Julianne encarna a Laurel Hester, una detective de Nueva Jersey que ha trabajado con gran esfuerzo, honestidad y grandes valores durante toda su carrera; esta mujer trató de ocultar durante gran parte de su vida que era lesbiana debido a la discriminación que sabía que podría sufrir. Conforme avanza el tiempo conoce a Stacie Andree (Ellen Page) una mujer mucho más joven y que es un poco más liberal en cuanto a su forma de ser, poco a poco irán desarrollando una relación hasta el punto de convertirse en compañeras domésticas, dado que el matrimonio gay aún no era opción en el año 2005.
Ya disfrutando de una vida juntas, Laurel es diagnosticada con cáncer terminal, comenzando así una odisea en donde trata de hacer todo lo que está dentro de su poder para que su compañera doméstica disfrute de los beneficios de una pensión para cuando ella muera. El problema surge cuando los funcionarios de gobierno del condado se rehúsan a cumplir con lo que la ley establece debido a factores meramente personales, demostrando una completa falta de ética justificándose en el hecho de que la relación que existe entre estas dos mujeres es un acto vulgar y dañino para la sociedad.
Si bien el núcleo de la trama es algo sumamente interesante, debido al análisis que se hace al derecho a la igualdad en nuestras sociedades actuales sin importar nuestras preferencias sexuales o religiosas, No Sin Ella falla en lograr convencer a la audiencia de que esta es una cinta digna de verse. El problema surge de múltiples situaciones y personajes que rayan en lo caricaturesco, robando hasta el más mínimo aliento de honestidad con el que una historia de ésta índole pudiera contar. En ningún momento sentimos el gran amor que seguramente existió entre estas dos personas, ni la terrible agonía del proceso en donde sufrieron una injusta discriminación debido a sus orientaciones sexuales y esto es debido al mal guión con el que cuenta la cinta, pero sobretodo a una dirección muy mediocre por parte de Peter Sollet, pues es sumamente imperdonable que actores con el talento de Julianne Moore, Ellen Page, Steve Carrell y Michael Shannon —quienes lo han probado en múltiples ocasiones con papeles verdaderamente memorables— sean totalmente desaprovechados en una película con estas características.
No sin ella es a final de cuentas una película sin alma, sin carácter; llena de clichés de un género que simplemente no los necesita en donde de haber contado con un buen desarrollo de personajes y arco narrativo, tal vez estuviera escribiendo sobre una de las mejores cintas del año.
- Destellos de su elenco
- El tema
- La forma en que está narrada
- La dirección
- La historia