Review de “Passengers”

En el año del 2007, el guión de Passengers, escrito por Jon Spaiths, apareció en la lista anual de los mejores guiones no producidos Black List, un espacio donde se leen los guionistas suban sus guiones y encuentren algún productor que se interese en hacer realidad la película. Han pasado casi diez años para que se pudiera ser realidad ese guión que en esa época fue muy comentado. En el transcurso de ese tiempo tuvieron que sobrepasar varias dificultades y las personas interesadas en el proyecto no continuaron más, varios nombres se manejaron pero ya no estuvieron por cambios. Gracias al éxito de varios películas de ciencia ficción y desarrallados en el espacio, el año pasado por fin, Sony dio luz verde para que se diera inicio al rodaje con la participación de dos estrellas del momento, Jennifer Lawrence y Chris Pratt, bajo la dirección de Morten Tyldum, el mismo director que trajo a la pantalla El Código Enigma.

En un futuro próximo, la nave Avalon se encuentra realizando un viaje de 120 años para llegar al planeta Homestead II con el propósito de empezar una nueva colonia para la raza humana. La nave lleva 5000 pasajeros más la tripulación los cuales han sido inducidos a un sueño profundo para después ser despertados cuando se aproximen al nuevo hogar, sin embargo durante el transcurso de ese tiempo por una razón que nadie conoce, dos pasajeros han sido despertados, el primero de ellos es el joven mecánico Jim Preston, por un tiempo absorto en la soledad de la nave, se da cuenta que también está la joven escritora Aurora Lane. Ambas tendrán que compartir sus días por el resto de sus vidas y descubrir lo que ha sucedido con la nave y su situación al haber sido despertados muchísimos años antes.

Passengers desde un inicio, tiene la intención de ser una película de romance al presentarnos dos personajes en medios de la nada, y que su vez también se convierta en una película de acción en medio de un escenario de ciencia ficción. Su tono no tiene ningún inconveniente, pero la película sí tiene muchos que nos hacen dudar que tanto de ese guión del 2007 fue modificado para presentarnos esta película.

Passengers tiene una premisa interesante que la resuelven de manera caótica y nos presentan situaciones un tanto desagradables, no merecen la pena mencionar porque arruinaría mucho la historia, pero en general se adentran a temas éticos y morales, circunstancias en las que nadie quisiera estar presente, pero una vez estando en ese terreno la película cae en picada al dar un final digno de cualquier producción de hollywoodense. Pues que de cierta manera no se puede aprobar como un final digno de una película que podría haber sido interesante si el desarrollo de la trama hubiera sido otro. Y en ese caso el director y el guionista fallan demasiado por intentar causar un debate.

A lo largo del viaje, vemos interactuar a los pasajeros con el androide (interpretado por Michael Sheen) que los atiende en el bar del espacio, que da cierta comicidad a las escenas. Descubrir los espacios de la nave, buscar la solución a la situación en la que están para no resignarse al destino que se les ha impuesto pero sobre todo interactuar entre ellos. La química que vemos en pantalla entre Pratt y Lawrence no es tan sorprendente, aunque cabe mencionar que Lawrence logra imprimir a su personaje los sentimientos necesarios al saberse en una situación como esa. Y como la mayor parte del tiempo solo vemos en escena a ellos dos, Lawrence sobre todo logra rescatar su trabajo, pero aún así no saca a levantar a la película vemos como cae en picada y se hunde desde los primeros cuarenta minutos del metraje.

Los aspectos técnicos de Passengers es lo único digno de mencionar, por su bien construido diseño de producción, una fotografía luminoso bien lograda por el mexicano Rodrigo Prieto y los efectos visuales que se logran resaltar más con la ayuda de una buena tercera dimensión.

Tristemente, tuvieron que pasar mucho tiempo para ver que el resultado final de un guión que dicen era prometedor, haya terminado siendo una película con un final tonto, polémica al causar un debate bien intencionado pero mal formulado y desperdiciando el potencial de una producción y de sus actores en una película que se merece ser nombrada dentro de lo peor del año.