Spider-Man ha regresado a casa y la verdad le sienta de maravilla. La sexta película basada en nuestro amigo arácnido es la primera en formar parte de esa gigantesca saga de la que todos hemos oído hablar alguna vez, el MCU. Y hay que agradecer a ambos estudios tanto Marvel como Sony por animarse a buscar la forma de colaborar y renovar un personaje que empezaba a perder el hilo con malas ideas y planes mal diseñados.
La cinta comienza con un Peter Parker hiper-emocionado por su aventura a lado de Tony Stark a.k.a Ironman tras los eventos de Civil War, que no para de preguntar a Stark cuándo será su siguiente misión. Contrario a lo que muchos podrían esperar estamos ante una aventura más pequeña pero mucho más enfocada en el personaje central, lo que le ayuda a sentirse fresca, original y recupera la esencia del Spidey que se había perdido con las anteriores propuestas.
Spider-Man es y siempre será un adolescente perdedor que debe debatirse entre ser un super-héroe o tener una vida normal. Raimi apenas lo entendió en Spider-Man (2002) y Webb ofreció una imagen totalmente diferente a lo que nos tenía acostumbrados en el impreso con su Amazing Spider-man. Aquí vemos a un Peter Parker que en verdad parece un niño de quince años, Tom Holland hace una interpretación muy convincente con un Peter Parker que aún tiene mucho por madurar y que debe aprender a hallarse a sí mismo dentro de un mundo lleno de figuras tan imponentes como los denominados Vengadores.
Homecoming es un escaparate perfecto para ofrecernos una historia alejada de los estereotipos que las anteriores cintas de Spider-Man ofrecían, no hay edificios mágicos por doquier, ni grúas mecánicas para tomar atajos; sí tenemos a la Tía May (y se mira más guapa que nunca) que nunca se quita los anteojos, sí continúa teniendo alguna especie de relación con el villano del cuento y sí, Sony vuelve a meter su gusanillo por una cinta de los Sinister Six. Pero aquí todo se maquila de manera correcta sin enredarse en su propia red y termina por ser una cinta que enaltece al personaje que será uno de los nuevos pilares del Universo Cinemático de Marvel.
Sin entrar en el peligroso mundo de los spoilers, Homecoming presenta momentos muy interesantes dentro de sus más de dos horas de duración. Hay dos en particular que son cruciales ya que definen al personaje y se sienten tan naturales que como audiencia, no nos queda más que disfrutar de ellos. Los trailers son engañosos, si pensabas que estabas ante un Iron-Man 4 con Spider-Man de invitado sonríe porque te has equivocado, los momentos en donde Tony Stark aparece son más que suficientes pero no se abusa. Un mentor muy cool como solo Robert Downey Jr. puede serlo.
En el pasado, el punto flojo de la mayoría de las cintas de Marvel son sus villanos. Afortunadamente aquí ese problema no existe, ésto debido a un muy convincente Michael Keaton quien les da un par de lecciones a antagonistas anteriores de Marvel, sobre cómo presentar a un villano interesante y al mismo tiempo pasarla bien por saberse dentro de un universo de éste tipo. En otras manos menos talentosas, éste personaje habría podido caer en el ridículo extremo pero la presencia de Keaton es más que suficiente para crear una de las escenas más tensas dentro del cine de super-héroes en la recta final de ésta película. Además se toman el tiempo suficiente para introducir a otros personajes menores que tal vez tomen relevancia en el futuro.
Otro factor interesante es el tiempo que se dedica a los amigos de Peter y su vida como estudiante, la película podría ser un caos con tantos personajes, pero por algún milagro tenemos a seis, sí, seis guionistas encargados de evitar que se vuelva una locura. Quizás con un arco muy a la Harry Potter esta cinta pinta como el inicio de una saga que retratará la vida de Peter Parker a través del colegio en compañía de sus compañeros, haciendo mención especial a Jacob Batalon quien se roba el show y hace un fenomenal trabajo como Ned “The man in the chair” Leeds, Tony Revolori como el típico bully de Flash nos da momentos muy divertidos, Zendaya como Michelle es un personaje que sin duda dará de qué hablar, confíen en que tendrá una interesante evolución porque todo apunta a eso y ojo a Donald Glover como Aaron Davis, si eres fan de Mike Morales sabes lo que significa.
La cinta aunque ligera y divertida no deja de tener problemas, se siente larga y lo es, el score aunque tiene momentos es igual a la de cualquier cinta del MCU, plana, una lástima teniendo en cuenta que el compositor en cuestión es Michael Giacchino, a quien básicamente han estado ordeñando para cada cinta reciente de Marvel. La acción por momentos no es muy clara en específico en el tercer acto debido a su exceso en el uso de efectos visuales, ésto siempre es un problema cuando pones a un director sin experiencia en acción como Jon Watts, a filmar una cinta de estas proporciones. Al final el tercer acto es el que sufre al no sentirse tan emocionante como podría haber sido, pero ojo no solo es él, es un problema en la mayor parte de los directores actuales y tampoco es que la cinta pierda por esto, Watts aprenderá y si esta saga continúa bajo su control se irá afinando.
Algo muy curioso y no es que esté pidiendo una historia de origen, es que prácticamente omiten toda mención de este evento; por ahí Peter medio lo comenta pero prácticamente no hay una referencia al tío Ben o la clásica “con un gran poder…” Si esta es tu primera introducción al personaje te quedaras con varias dudas del porque decide ser quien es. Aunque debo decir que después de cinco películas que hicieron especial énfasis en ese momento, no es algo que se extrañe, pero sí podría parecer extraño para las nuevas generaciones que se introducirán a éste personaje gracias a ésta película.
Spider-Man: Homecoming es un golpe de aire fresco, más ligera y con un humor constante pero no absurdo, quizás sea la cinta más divertida del arácnido que hayamos visto, y tal vez la más divertida de Marvel sin rayar en el descaro de Guardianes de la Galaxia y eso está muy bien, no todo tiene que ser seriedad y oscuridad o bromas en exceso.
- Tom Holland y Michael Keaton
- Regreso al humor clásico del personaje
- Se puede sentir muy larga
- El tercer acto no termina por convencer