Muchos afirman que la vida es algo hermoso, pero poder estar vivo para disfrutar de ella lo es aún más. Desde poder pasar el tiempo con tu familia, salir en una cita con esa persona que te gusta, tener una comida con los amigos, o incluso disfrutar de tu soledad para leer un libro; son momentos que en ocasiones olvidamos lo especiales que son. Momentos que tal vez no se puedan llegar a repetir y que desafortunadamente en muchas ocasiones damos por sentado que volverán a ocurrir, cuando algo muy cierto es que el futuro de nadie está definido y como tal, este puede cambiar de la noche a la mañana. Así como la vida está llena de bellas cosas y grandes momentos, también nos ofrece momentos duros o de tristeza, pero en ocasiones va más allá al traernos tragedias a nuestras vidas. Tragedias que pueden cambiar por completo nuestra percepción de todo lo que nos rodea e incluso puede sumergirnos en una oscuridad de la cual es muy difícil escapar. Una oscuridad que carcome tu alma poco a poco, destrozándote por dentro hasta que o sucumbes a ella, o decides tratar de huir de ese pozo sin fondo. Sin importar lo que hagamos, la tragedia llegará inevitablemente en algún momento de nuestras vidas y solo nosotros tenemos el poder de decidir cómo reaccionar a ella.
En el caso de Lee Chandler (Casey Affleck), esa tragedia le ha consumido día a día hasta el grado de aislarse por completo en una ciudad donde es prácticamente invisible gracias a su efectividad como conserje de un edificio de departamentos, donde se encarga de que todo funcione de manera correcta. Esta miserable existencia le trae La Paz en la que busca refugiarse después de haber sido víctima de una de las peores experiencias que uno podría experimentar en vida: sufrir la pérdida de tus hijos. Este hombre que en algún momento era feliz y juguetón, e incluso un tanto inmaduro (cual adolescente en pubertad) se ha convertido en una persona sin aspiración alguna, que rehuye de cualquier clase de interacción humana debido a la gran incomodidad que le genera. Imposibilitando así que pueda crear nuevas conexiones emocionales, ya sean posibles nuevas amistades o incluso intereses amorosos. Es aquí donde su vida vuelve a verse alterada cuando recibe la noticia de que su hermano mayor ha fallecido, por lo cual deberá hacerse cargo de su sobrino hasta que cumpla la mayoría de edad. Lee entra en un enorme conflicto interno pues aunque desea ayudar a su sobrino a salir adelante y superar esta dura prueba que el destino le puso al perder a su padre siendo tan joven, a su vez lucha consigo mismo debido a su incapacidad emocional, a esa mutilación de sentimientos que sufrió hace muchos años, lo cual le impide tomar ese lugar que este ser querido necesita que sea para él. Sumemos a esto el recordatorio diario que sufre al respirar diariamente el aire del lugar donde perdió a su familia. Es algo verdaderamente sobrecogedor y a lo que difícilmente muchos se podrían enfrentar.
Es así que a través de sus ojos experimentaremos la percepción que existe sobre él dentro de sus más allegados, ya sea su sobrino, viejos amigos o incluso su ex-mujer. De forma inevitable tendrán que enfrentarse a su pasado y al bloqueo emocional de Lee, quien en momentos nos da la impresión de que por fin saldrá de ese agujero negro donde ha estado viviendo, solo para volverse a perder en su oscuridad. La brillante, honesta y brutal interpretación que Casey Affleck hace de este afligido personaje es el plato fuerte de esta historia que fue magistralmente escrita y dirigida por Kenneth Lonergan, donde su principal fortaleza radica en la simpleza de su historia. Sin pretensión alguna ahonda en una gran variedad de temas y exploración sobre la compasión del ser humano, además de los sacrificios que éste puede hacer por el bien de aquellos a los que profesa amor verdadero. Pocos filmes logran retratar de forma tan perfecta (e imperfecta) lo que significa ser parte de una familia, pero sobretodo el tortuoso camino de un hombre que lo ha perdido todo y que de alguna forma, busca redimirse a sí mismo para escapar de la oscuridad que le persigue día a día. Aún cuando muy dentro suyo sabe que tal vez sea demasiado tarde debido a que su alma se encuentra fracturada.
Manchester by the Sea es una gran película ya que a pesar de la enorme carga emocional que deja caer sobre el espectador y la tristeza que trae consigo, nos hace reflexionar sobre lo afortunados que somos al poder pasar tiempo con nuestros seres queridos. De prestar atención a los pequeños detalles que rodean nuestro día a día, pero sobretodo del verdadero significado de lo que significa estar realmente vivo sin importar lo mucho o poco que tengas y a no dar nada por sentado, ni siquiera a la vida misma.
- Casey Affleck
- La Historia
- Puede ser aburrida para cierto público