Review de “El Plan de Maggie”

A pesar de que cada semana los cines se atiborran de estrenos sobre grandes producciones hollywoodenses, hay algunas excepciones que vienen a demostrar que lo único que se requiere para entretener a una audiencia es una buena historia, tan sencillo como eso. El Plan de Maggie nos engancha con una premisa que a primera instancia luce muy sencilla, pero que conforme va avanzando se van develando las múltiples complejidades que un ser humano puede experimentar, ya que en esta historia, nuestra protagonista es Maggie (Greta Gerwig) una mujer que siempre ha tenido problemas para relacionarse con otras personas a nivel romántico ya que ninguna de sus relaciones ha durado más de seis meses, por lo cual ha decidido llevar a cabo una inseminación artificial para evitar esas nimiedades. Pero sus planes se ven alterados en cuanto conoce a John (Ethan Hawke) un profesor que aspira ser un novelista, quien a su vez tiene un matrimonio con una mujer sumamente controladora (Julianne Moore), por lo cual ambos sienten cierta afinidad cuando se da el primer encuentro entre ambos personajes. Esto se va desarrollando hasta que ambos aceptan que se gustan y deciden formar una vida juntos e incluso tener una hija.

Pero tal y como en la vida real, estas acciones tendrán sus respectivas consecuencias y es aquí donde El Plan de Maggie mejor funciona, ya que logra capturar perfectamente las dificultades emocionales que seguramente muchos de nosotros hemos experimentado en carne propia en algún momento de nuestras vidas. Esta autenticidad es el punto fuerte de la cinta, la cual se complementa maravillosamente con las memorables actuaciones de cada uno de los actores involucrados. Casi se siente como si fuera un filme que bien podría haber sido escrito y dirigido por alguien como Woody Allen, ya que cada personaje tiene sus puntos fuertes y bajos, mostrando fuerzas y debilidades por igual, lo cual enriquece los temas que son tratados a lo largo de la cinta. Todo esto acompañado de grandes escenas con poderosos diálogos —mención especial a la secuencia de la bañera entre Maggie y su hija— donde es muy evidente la visión femenina de su directora Rebecca Miller.

El extraño diseño —pero para nada malo— de personajes nos envuelve poco a poco hasta que roba nuestra atención por completo, ya que logra que el espectador experimente un amplio espectro de emociones en esta comedia romántica que bien podría pertenecer al sub-género de screwball comedies, donde es usual ver este tipo de enredos y triángulos románticos. Haciendo gala de una elegante dosis de cultura e intelectualismo en su trama; esto sin ser pretenciosa, lo cual se agradece pues es así que se puede apreciar el encanto y humildad que tiene su protagonista.

A pesar de todos sus aciertos, El Plan de Maggie no es un filme apto para todo tipo de público, puesto que es altamente probable que aquellos que disfruten del cine más enfocado al terror, acción y demás géneros, no se sientan atraídos por este tipo de cine, lo cual es una lástima ya que si se dieran la oportunidad se darían cuenta de la frescura que una historia de este estilo nos puede traer e incluso dejarnos meditando acerca de una o dos cosas con las que nos pudiéramos sentir identificados.