Hollywood se ha empeñado en rehacer películas clásicas o de culto para atraer nuevas generaciones a las historias y de paso ganar unos cuantos dólares de más, pero en su afán, ha fallado en realizar películas dignas de las historias originales, a salvo de algunas excepciones como el filme más reciente de Mad Max. En esta ocasión, hablamos de Poltergeist: Juegos Diabólicos.
Dirigida por el director de Monster House, Gil Kenan, nos presenta a una familia que recién se mudó a los suburbios, en donde al igual que en el filme original, serán acosados por una fuerza sobrenatural, la cual atrapa a su hija menor, y se la llevan a una diferente dimensión, a la sobrenatural. La familia hará todo lo posible por traerla de regreso al mundo real con la ayuda de especialistas paranormales antes de que sea demasiado tarde.
La cinta en sí no ofrece nada nuevo a la historia original, ni evoca su espíritu, ni los personajes atraen como aquella versión, sólo llaman la atención que los actores no ofrecen malas interpretaciones, pero tampoco sobresalientes, aunque no menospreciemos la interpretación de Kennedi Clements, que interpreta a lo que sería el similar de Heather O’Rourke, ofreciendo un personaje carismático y agradable.
En general, la película entretiene, ofrece dosis de terror que espantará a algunos, al menos en el inicio, porque al final empieza a convertirse en algo verdaderamente predecible pero desafortunadamente no aporta nada a una historia que muchos ya conocemos de forma sobrada y que fue narrada de forma fantástica por el director original, Tobe Hooper.
A la película le falta esa frescura que atrape, porque en vez de sentirse renovada para la nuevas generaciones se siente como un viejo conocido que no sorprende. Esto muestra que Hollywood deberá cambiar su rumbo o seguirán llegando nuevos remakes, que sólo estarán algunos meses en las mentes de los espectadores aunque quizá la taquilla diga algo diferente, aún así no sobresaldrán, ni se convertirán en clásicos como las originales.
- Carisma de los actores
- Argumento
- Poca orginalidad