Haber hecho una película distribuida por Sony Pictures Classics y haber trabajado junto con Alec Baldwin, interpretando el personaje del esposo, pareciera ser la fórmula perfecta para ganar el Oscar a mejor actriz. Van dos años seguidos que ser distribuidos por esa casa productora y actuar junto con el comediante han hecho que Cate Blanchett y ahora Julianne Moore sean las más recientes ganadoras de la codiciada estatuilla. Pero todo esto es mera coincidencia, porque las dos han merecido dicho reconocimiento por su trabajo, en una película liderada por una mujer que pierde la cordura, por dos distintas razones respectivamente.
Si bien hasta ahora, Still Alice no representa la mejor actuación de Julianne Moore, inclusive su actuación en Maps to the stars, del mismo año, es mejor que esta. La cual le valiera la palma de oro y la convirtiera en estar en un increíble cuadro de honor por haber ganado los premios en los tres festivales más importantes del mundo. El reconocimiento ha llegado a una actriz que ya se merecía todos los premios que ganó por esta actuación.
Siempre Alice, narra el declive de una gran mente que ha sucumbido ante la enfermedad del Alzheimer, en donde el personaje principal, Alice Howland, una profesora de lingüística importante de la universidad de Columbia, tiene que afrontar la lucha contra dicha enfermedad. En la historia vemos cómo se le va desarrollando, y haciendo que fortalezca los lazos familiares, entre su esposo, Alec Baldwin y sus tres hijos, interpretados por Kristen Stewart, Kate Bosworth y Hunter Parish.
La película es escrita a la pantalla y dirigida por la pareja de directores, Richard Glatzer y Wash Westmoreland, que en la vida real, el primero lucha contra la Esclerosis Lateral Amotrófica, hecho que hace que hayan querido adaptar la historia de una lucha a la pantalla. La novela en que se basa es del mismo nombre, escrita por Lisa Genova.
Con respecto a la dirección, el hecho que uno de sus directores esté enfermo pareciera influir en su trabajo, porque la película se ve dirigida sin mucho dinamismo, ofrecen una historia poco innovadora, que a veces parece eterna, que no sabes cuando va existir el clímax o el final de la historia de Alice. Además que parece que fue diseñado para televisión, como aquellas historias hechas por la inexistente Hallmark. Es decir que en sí no valdría la pena verla sino hubiese sido por la actuación de Moore y algunos diálogos rescatables del personaje de Alice, principales aquellos que sólo ella está en la pantalla o enfocada en la cámara. El reparto no sobresale y se opaca ante la actriz.
Sin embargo, la película tiene un punto fuerte, que también hace valer la cinta, y es que no trata el alzheimer como un tema de compasión, o lástima para aquellas personas que lo sufren. Sino que rescata el sentimiento que sufren los pacientes de aquella enfermedad. Pero esto se termina diluyendo ante la gran cantidad de errores del filme y resto de la historia.
Sin lugar a dudas, la película sólo será recordada por ser la que le dio ese codiciado premio a una de las grandes actrices de su generación.
- Julianne Moore
- Diálogos que se rescatan, no todos
- El tratamiento de la enfermedad
- Resto del reparto
- Dirección
- Producción de Telefilm