Hace solo tres años apareció la primera entrega de Ant-Man, el famoso hombre hormiga que fue introducido al universo cinemático de Marvel con una película “pequeña” y con algunos problemas en su producción. Esto debido a que no es uno de los personajes más famosos o importantes dentro de la famosa casa editorial. Afortunadamente tuvo una buena recepción en taquilla y de esta forma se aseguró que tuviera una secuela, la cual llega a las salas de cine justo este fin de semana, con la finalidad de presentar a una nueva compañera para este superhéroe.
En esta ocasión, la historia nos hace saber que después de que Scott Lang (Paul Rudd) participase en la famosa Civil War en su rol como Ant-Man, apoyando al Capitán América; se reúne de nuevo con su mentor, el doctor Hank Pym (Michael Douglas) y su interés romántico, Hope Van Dyne (Evangeline Lilly). En dicha reunión, el equipo decidirá emprender una nueva misión, la cual es ir al universo cuántico para poder salvar a Janet Van Dyne (Michelle Pfeiffer), pues después de 30 años desde que desapareciera, por fin pudo entablar un punto de comunicación con Ant-Man. A su vez, tendrán que lidiar con la aparición de un nuevo enemigo, Ghost (Hannah John Kamen), quien también tiene habilidades similares a las que Ant-Man y Wasp poseen.
Como era de esperarse, el director Peyton Reed regresa como el hombre al mando de esta segunda parte, para continuar con el tono y trabajo presentados en la primera película. De esta forma, Ant-Man and the Wasp posee las mismas características de su predecesora, tales como el uso del humor, la simpatía de los actores y la química que existe entre ellos y mucho Michael Peña como el detonante cómico de varios momentos roba escenas.
Con respecto al humor, si bien es cierto que no es la primera película del universo Marvel que lo utiliza —ni será la última—, el tono que se utiliza para éste súper-héroe es muy particular. Tal vez un poco más soso, pero no por eso menos entretenido, el cual tiene una mayor facilidad para crear empatía con los personajes, además de imprimir cierto realismo al mismo.
Otro de los elementos a destacar de la película, es el buen casting que presentan ya que cada actor queda perfecto para el tipo de personaje que interpreta. Sumemos el bonus de ver a la grandiosa Michelle Pfeiffer de regreso en una película con temática de súper-héroes. La cereza en el pastel sin duda.
Pero a pesar de sus puntos buenos, no todo es miel sobre hojuelas ya que a pesar de contar con buenos efectos visuales, se nota un poco la mala edición y montaje que tiene esta película. Esto ocasiona que en ciertas escenas, la compaginación de secuencias resulte un tanto rara. Además de esto, la cinta tiene un tono mucho menos serio que las anteriores películas de Marvel, así que si eres fan del humor saldrás encantado, pero si no lo eres, probablemente no disfrutes mucho esta película.
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