Como sucede últimamente con las cintas animadas cuando tienen éxito, se autorizan secuelas sin ninguna necesidad, Hotel Transylvania fue una agradable cinta para toda la familia, con unos divertidos personajes para los más pequeños, una historia para toda la familia y sobre todo un mensaje muy poderoso para los padres, he ahí el éxito de esta cinta, dirigida por Genndy Tartakovsky. Este éxito alcanzó para una continuación, el cual estuvo muy lejos de su predecesora, dejando ver la evidente presión de los estudios para que se realizará una continuación. Ahora 6 años después llega la tercera parte.
Esta ocasión veremos la historia inicia de una manera un tanto diferente, mostrándonos al némesis jurado de Drácula, la familia Van Helsing. Tras esta introducción regresamos a la normalidad de la vida de la familia de Drácula, donde Mavis divide su tiempo entre atender el hotel y ser madre, Johnny ayudando en las labores y los amigos de Drácula divirtiéndose a lo grande. Pero lamentablemente el dueño del hotel, se siente solo, por lo que su hija, viendo la situación de su padre, decide organizarle unas vacaciones en un crucero, pero esto terminará resultando una idea no tan buena, ya que, Drácula, conocerá a la Capitana del crucero y termina enamorándose a primera vista de ella, aunque lamentablemente ella esconde algo que podría significar el fin de nuestro vampírico amigo.
Lamentablemente esta continuación es la que tiene la historia más floja de todas y esto se nota con el pobre desarrollo de los personajes y sobre todo por lo predecible que se vuelve toda la trama, sé que se trata de una producción para niños, pero esto no le quita el que no pueda ser un poco más compleja. Afortunadamente sigue manteniendo esos gags que hacen a los personajes una rica veta de mini sketches y situaciones ridículamente graciosas, algo que ha caracterizado a la trilogía. Uno de los puntos más importantes dentro de toda la trilogía es la relación padre e hija, situación que continua en esta secuela, pero que ya se siente un poco desgastada a pesar del giro que le dan al personaje de Mavis.
La animación esta a la altura de las anteriores sin ser exigida y la verdad es que ni es necesaria, al menos para la historia que se desea contar.
Hotel Transylvania es entretenida, divertida pero solo eso, no trasciende y su falta de ambición para entregarnos un producto digno de la pantalla grande hace que uno se enfoque aún más en la explotación que quisieron hacerle a tan graciosos personajes.
- Los momentos graciosos
- Los Personajes
- La historia
- Concepto desgastado