A pesar de la desafortunada ausencia de Benicio del Toro en el pasado Festival Internacional de Cine de Morelia (aparecía como invitado de honor en el catálogo del FICM) una de las películas que más atraían al público en general era el nuevo trabajo del director Denis Villeneuve (Incendies, Prisoners, Enemy), el cual se titula Sicario o Tierra de Nadie como le pusieron en México. Aquí se nos introducirá a otra historia sobre el narcotráfico en México a través de los ojos de la agente especial del FBI Kate Macer (Emily Blunt), a quien se le ofrece la oportunidad de formar parte de un grupo de fuerzas especiales que se encarga de atacar directamente a células del crimen organizado, el cual tiene como líder a Matt Graver (Josh Brolin).
Es así que el personaje principal se verá introducido a una red de “corrupción” y procedimientos que rayan el margen de lo legal, donde se pondrán a prueba todos aquellos conceptos que Kate tiene acerca de lo que es correcto y lo que no, donde sus valores morales se verán comprometidos por las acciones que estos personajes, estos hombres toman con el fin de alcanzar un “bien mayor”. Poco a poco iremos dándonos cuenta que este mundo esta lleno de fronteras invisibles, en donde estas sociedades se dividen y se devoran entre ellos cual hienas en el desierto. Considero que es un gran acierto por parte del director el abordar estos procedimientos que se llevan a cabo “debajo del agua”, forjando una opinión en el espectador a través de Kate.
La crudeza y violencia con la que se presenta esta historia es uno de los fuertes principales del filme, pues la pericia visual del cinematógrafo Roger Deakins —aunada a una buena dirección de Villeneuve— se hace presente en todo momento, desde el encuadre en donde vemos al personaje de Emily Blunt mirándose al espejo, pero que su rostro no se puede ver debido a la húmedad del baño —indicándonos los conflictos de identidad del personaje— hasta la excepcional secuencia del túnel en donde se siente una adrenalina inmensa gracias a lo poco que vemos a pesar de ser una secuencia de acción.
El maravilloso montaje y edición logra crear una tensión inmensa, pues a pesar de que se pudiera considerar a Sicario como una película con contadas secuencias de acción, la verdad es que son de lo mejor logradas en lo que va del año; bien se dice que menos es más y aquí ese efecto se siente presente en todo momento, desde una genial secuencia de extradición, hasta una mera conversación con el personaje de Benicio del Toro. Pero lo que resalta por encima del resto es sin lugar a dudas el score y el diseño sonoro, en donde ambos factores se fusionan convirtiéndose en uno solo, entregándonos un deleite sonoro. Cabe mencionar que la música fue compuesta por Jóhann Jóhannsson, el fantástico compositor de Prisoners y The Theory of Everything.
Pero a pesar de los grandes méritos de Sicario, el filme languidece cuando Kate Macer empieza a perder la fuerza y relevancia con la que su personaje fue introducido a este mundo voraz. Poco a poco pierde protagonismo, comenzando a ser un lastre para todos aquellos que la rodean, tomando peores decisiones conforme la trama avanza y convirtiéndola en una mujer débil, algo imperdonable cuando este año el feminismo se ha hecho presente de la mejor manera entregándonos personajes femeninos verdaderamente memorables, desde Furiosa (Mad Max), Malala (He Named Me Malala), Lucille Sharpe (Crimson Peak), por poner algunos ejemplos. Al final el verdadero protagonista termina siendo un hombre, quien a pesar de contar con un trasfondo realmente interesante, con el que nos pudiéramos sentir identificados, no termina de convencer ante este “engaño” por parte del guionista y el director.
Al final solo resta decir que Sicario es una buena película, llena de grandes momentos, con un muy buen timing en el manejo del suspenso y acción, además de ser visual y sonoramente espectacular, pero su conflicto pierde fuerza al mismo tiempo que Kate pierde la suya al igual que su voluntad, conforme se ponen en duda sus valores, una mujer que se ve envuelta en este laberinto de mentiras y corrupción al que llamamos mundo. Una de las frases finales dice Deberías mudarte a un pueblo pequeño, en donde la justicia aún exista, la pregunta es ¿Acaso existe un lugar así?
- La fotografía
- La música y el diseño sonoro
- El personaje de Benicio del Toro
- El personaje de Emily Blunt
- Ciertas situaciones caricaturescas