Tras el éxito taquillero que obtuvo El Conjuro hace algunos años —además de ser una película sumamente redituable en el género— no se dudó en comenzar la producción de una secuela acerca de esta pareja de investigadores de lo paranormal, sobretodo sabiendo que existe material de sobra para adaptar a la pantalla grande. Los protagonistas Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga) regresan para mostrar unos de sus casos documentados más escalofriantes y el resultado de esta adaptación no es decepcionante en cuanto a sustos y ansiedad; sin embargo, la cantidad es más moderada, pero no por ello menos aterradora.
La segunda parte de esta historia se centra años después de la primer película, en donde Lorraine tiene algunas visiones acerca de un caso al norte de Londres, en 1977, al que se le conoce como el Amitvylle inglés. Es aquí donde conocen a Peggy Hodgson (Frances O’Connor) una madre soltera que tiene que cuidar de sus cuatro hijos. Toda la familia es atormentada por un ser maligno, lo que hace que el caso se vuelva mediático. Aún con sus dudas los investigadores paranormales, decidirán sí el caso es real o no, y así erradicar esa fuerza maligna y en especial liberar a la niña menor quien es el objetivo principal de estas fuerzas siniestras.
Si bien la película regresa con los mismos protagonistas se podría ver como una película aparte sin importar si se vio la primera parte o no. Y aunque El Conjuro puso un alto límite para superar, esta segunda parte no se queda atrás, pero no se vuelve superior. Lo que la hace digna de ver es el regreso de sus protagonistas originales, además del regreso de James Wan como director de la cinta, ya que esa atmósfera que se creó con gran acierto en el primer filme se vuelve a sentir en esta secuela, todo gracias a la eficaz dirección de su director.
Sin embargo, como ya lo mencioné anteriormente no logra alcanzar el nivel de la historia anterior ya que la trama de El Conjuro 2 se vuelve mucho más ambiciosa, y desafortunadamente predecible. Es por esa característica que la duración y el desarrollo de la historia es más largo, lo cual hace que la espera para saber más sobre todos los elementos místicos que rodean la trama se revele sea algo muy cansado y predecible. En resumen se puede decir que si se es fanático del género no saldrás decepcionado, pero también hay que tomar en cuenta que como filme individual no es una propuesta que sobresalga, a diferencia de su antecesora. Sólo esperemos que de haber más secuelas no se conviertan en lo que muchas franquicias han sufrido, en donde cada entrega que se estrena en lugar de provocar miedo en el espectador, solo cause risa involuntaria.
- Protagonistas
- Dirección
- Final
- Algunos elementos del género muy desgastados