Con un verano que ha dejado mucho que desear en el plano cinematográfico, por fin ha llegado una película que se puede mencionar es de lo más rescatable de éste  insípido año. Con el favor de la crítica en todos sus proyectos, Edgar Wright se consolida con este filme como uno de los directores de acción más frescos dentro de la industria, ya que su estilo es indiscutiblemente entretenido, visual y sonoramente.

Curiosamente éste es el segundo largometraje que escribe en solitario desde su debut en 1995 con A Fistful of Fingers, ya que en la mayoría de sus trabajos siempre ha colaborado con Simon Pegg. Éste filme es además un proyecto original dentro de un mundo lleno de secuelas y remakes, donde se nos introduce a Baby (Ansel Elgort) un joven con un problema auditivo que se la pasa escuchando música la mayor parte del tiempo, además de fungir como un habilidoso chofer para una banda de criminales que se dedica a realizar robos de alto calibre. Por azares del destino su vida se verá entrelazada a la de una bella joven llamada Deborah (Lily James) y tiene que lidiar con el conflicto de querer vivir su propia vida, pero también tener que pagar una deuda pendiente para con su jefe (Kevin Spacey).

Baby Driver cuenta con una producción muy cuidada en todo sentido para así lograr crear empatía y fascinación en el espectador, desde una vertiginosa edición y montaje, fotografía y diseño de arte muy cuidado, además de un soundtrack excelente, el cual logra mimetizarse con cada escena que vemos en pantalla. El único inconveniente que tiene la película es un factor con el que siempre flaquea este director, su recta final. Aquí vemos poco a poco cómo se desarrolla una historia de amor entre el protagonista y Deb, mientras que su vida como criminal le persigue constantemente creando grandes dosis de suspenso, que al final pierden fuerza debido al camino cursi que el director y escritor eligió para concluir con una historia que no necesitaba ese cambio de tono tan repentino.

Lo rescatable de la cinta es que la mezcla de todos estos elementos que son manejados con gran talento por Edgar Wright, logran colocar a Baby Driver como una de las cintas más entretenidas de este verano. Tal vez sea su proyecto más ambicioso hasta la fecha y a pesar de sus errores, el más redondo dentro de su variada filmografía. Y así como su protagonista demuestra gran habilidad en su oficio, este director hace lo mismo para que nosotros como espectadores, solo tengamos que disfrutarlo.

Crítica de "Baby Driver"
Positivo
  • Soundtrack
  • Edición y Montaje
Negativo
  • Protagonista
  • Clichés
  • Recta Final
7.5Nota Final
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