Review de “Dunkirk”

Uno de los nombres con mayor reconocimiento dentro del mundo del celuloide es Christopher Nolan. Éste británico ha logrado ganarse a la audiencia y crítica por igual al crear algunos de los filmes más memorables en los últimos años gracias a su talento como guionista y director. Cintas como Memento, The Dark Knight, Inception o Interstellar son gran prueba de ello. Por esa razón cada que se va a estrenar una nueva película de éste director las expectativas están por las nubes, ya que nos ha acostumbrado a ver grandes historias, pero también a grandes secuencias de acción y un espectáculo sensorial.

Dunkirk viene siendo su filme más reciente, donde nos narra un evento histórico de 1940, donde después de que Francia fuera invadida por las fuerzas alemanas nazis, miles de soldados aliados se retiraron a la costa de Dunkerque con la finalidad de escapar de una muerte segura. El problema radicó en que éstas tropas se vieron completamente rodeadas por el ejército alemán mientras esperaban por una evacuación que lucía como algo desesperanzador. Pero contrario a lo que muchos pensaban, más de 300,000 vidas fueron salvadas. Aquí se nos introducirá a una serie de personajes y tres líneas argumentales que se verán intercaladas en distintos puntos temporales, logrando crear lo que es seguramente uno de los clímax más angustiosos dentro del cine bélico reciente. Nolan sabe como manipular al espectador al crear grandes secuencias cargadas de suspenso, para rematarlas con momentos épicos de acción; es una excelente película a nivel técnico, gracias a su gran diseño sonoro, el hipnótico score de Hans Zimmer y la preciosa fotografía de Hoyte van Hoytema, además de una gran edición y montaje.

El “problema” del filme radica en la falta de desarrollo de sus personajes, con quienes no se logra crear una conexión auténtica a excepción tal vez del personaje de Tom Hardy —ésto debido a que estamos familiarizados con el actor, además del buen montaje que tiene la película lo cual ayuda a que nos interesemos en lo que le acontece—. Ésto provoca que la historia se sienta como un análisis superficial de un evento histórico a diferencia de otros filmes bélicos, que sin necesidad de ser un blockbuster de éste calibre, terminan enviando un mensaje mucho más personal y poderoso. Es cierto que la película se titula Dunkirk y al final, la locación y lo que sucedió ahí termina siendo el verdadero protagonista, por lo cual se entiende hasta cierto punto lo que Nolan trató de lograr, el contar una historia de lucha y desesperación por sobrevivir de un grupo de hombres que se enfrentaban a una muerte segura, además del trauma que esta situación les generó. Pero aquí entra en juego otro factor determinante que le quita realismo a una historia que trata serlo a toda costa, la violencia que vemos en pantalla es demasiado contenida y complaciente para ser un filme bélico. No vemos ni una sola gota de sangre en pantalla a pesar de los constantes ataques y bajas que sufren las fuerzas británicas a manos del ejército alemán.

Pero a pesar de esos puntos en contra (donde entra en juego la perspectiva individual) Dunkirk termina siendo una de las películas más redondas dentro de la filmografía de Christopher Nolan. Tal vez no la mejor, pero sí se agradece que se haya arriesgado a cambiar un poco su técnica cinematográfica al abandonar la sobre-explicación de sus tramas a través de sus personajes, tal y como lo hiciese en Inception o Interstellar. Esto provoca que en ocasiones parece que estamos ante una película muda debido a la poca presencia de diálogos, donde todo se nos narra (en su mayoría) de forma visual y sonora (con el score). Nolan pretende dar un vistazo íntimo a lo que estos hombres pudieron sentir y experimentar en una situación llena de angustia e incluso desesperación y, si se mira bajo esa lente, Dunkirk lejos de ser un fallo, es un acierto.