Los actores Mark Wahlberg y Will Ferrell tienen una trayectoria bastante exitosa dentro del cine de comedia, e incluso llegaron a participar juntos en la cinta Policías de Repuesto, un filme decente dentro del género y que nos mostró que existía una química muy divertida entre estos dos actores. Por ello no es sorpresa que vuelvan a unir fuerzas para presentarnos su película más reciente, Guerra de Papás.
En Guerra de Papás, Will Ferrell interpreta a Brad Whitaker, un hombre con altos valores morales, un buen trabajo y casado con una bella mujer (Linda Cardellini) que tiene dos hijos de su anterior matrimonio. Brad sufre en los intentos por acercarse a estos niños y convertirse en una figura paterna para ellos, ya que estos no lo ven como un miembro de la familia. Justo cuando este personaje comienza a ganarse la confianza y cariño de los infantes, entra en escena Mark Wahlberg como Dusty Mayron, el padre biológico de los niños y viejo amor de su esposa, con la finalidad de recuperar a su familia.
Como podrán notar la premisa de la cinta es bastante simple; Dos padres que desean ganarse el cariño de sus “hijos” a través de diversas e hilarantes secuencias, que poco a poco van perdiendo su brillo cómico debido al gran contraste que existe entre los personajes principales. El problema es que conforme la trama avanza, la película hace demasiado esfuerzo por mostrarnos situaciones “cómicas” que se sienten fuera de lugar, y causando el efecto opuesto deseado, un completo silencio por parte del espectador debido a la inverosimilidad de numerosos actos que se sienten reciclados de muchos otros filmes. Esto logra que la película se sienta extremadamente larga y repetitiva a pesar de solo durar una hora y media, lo cual es algo que debe preocuparnos puesto que el fin de una comedia es entretenernos y hacernos reír, objetivo que Guerra de Papás falla en conseguir.
Es una pena que una premisa a la que se le pudo exprimir mucho más de forma narrativa, haya sido utilizada como una comedia de pastelazo que no resalta en ningún aspecto, y que se convertirá en una película que seguramente olvidarás en cuanto salgas de la sala de cine.
- Opción "entretenida" si no tienes nada mejor que ver
- La trama llena de clichés
- Momentos "cómicos" sumamente forzados
- Ritmo lento y repetitivo