En últimos tiempos las distribuidoras de cine se han atrevida a traer a nuestro país ese cine de animación no tan infantil, las empresas exhibidoras de películas le están dando oportunidades a animaciones fuera de los grandes titanes que representan Disney, Pixar, DreamWorks, Laika, etc. Ejemplo de lo que les digo es el estreno de Una voz Silenciosa y ahora el de una película de Suiza que conmovió al mundo el años pasado, nos referimos a La vida de Calabacín (Ma Vie de Courgette en su idioma original).
El protagonista de esta historia es por su puesto Courgette, un pequeño que tras perder a su madre en un accidente domestico, no le quedará más remedio que irse a vivir a un refugio para niños huérfanos, donde conocerá a un grupo de pequeños en las mismas condiciones, todos con historias peculiares y con los cuales tendrá que formar una familia.
El éxito de esta producción radica completamente en su historia, dirigida por Claude Barras y escrita por Céline Sciamma, German Zullo, Morgan Navarro y el mismo director. La trama de La Vida de Calabacín esta llena de momentos muy fuertes, trágicos y sobre todo melancólicos, aderezados con un ingenioso e infantil sentido del humor que de la tristeza te llevará a sacarte un par de carcajadas. El tema de la orfandad es tocado de manera sutil y con diálogos que evocan a dolorosas y perturbadoras verdades, sin necesidad de caer en lo gráfico. Sí acaso el único pecado que podría reprochársele al argumento es precisamente esa simpleza y tal vez el camino fácil que tomas con algunos nudos de la trama.
La vida de calabacín es una película animada peculiar, a simple vista mucho podrían pasar de largo, dado que no cuenta con una gran animación realizada por computadora, con secuencias dinámicas y grandes números musicales, al contrario, resalta por su simpleza y sobriedad, con animación en Stop motion tradicional que sin hacer uso de elaboradas escenografías, cumplen su función para contarnos esta historia y funciona de maravilla. La música que corrió a cargo de Sophie Hunger es al igual que la producción, simple, bella y acompaña a cada una de las secuencias para resaltar cada uno de los sentimientos que te evocaran las imágenes en la pantalla. Todo a lo largo de 60 minutos, sí porque no es una animación que dure mucho, dejándote con la sensación de que se pudo haber explorado más algunos temas.
Para cerrar no resta más que decirte que esta opción no es una película animada para menores, que no te engañe su Cartel y su estilo de contarnos La Vida de Calabacín y la de sus amiguitos. Es una increíble opción para este fin de semana y que no debes dejar pasar.
- La Dirección
- El guión
- La Duración
- Se pudieron extender un poco más en el relato