La propuesta más reciente de Netflix, el servicio de streaming más exitoso en el mundo, viene de la mano de Judd Apatow, el famoso director y escritor de cintas como Virgen a los 40 Años, Ligeramente Embarazada y Trainwreck. En esta serie de TV seguimos los pasos de dos personas sumamente desafortunadas en el ámbito amoroso, Gus Cruikshank (Paul Rust) y Mickey Dobbs (Gillian Jacobs), quienes sufren una muy dolorosa ruptura con sus respectivas parejas, lo cual les genera diversos cuestionamientos internos con respecto al tipo de vida que ambos personajes llevan, ya que son mayores de 30 años y se sienten completamente frustrados con su situación actual.
Mickey es una productra dentro de un canal de radio que se dedica —de forma irónica— a dar consejos sobre relaciones amorosas, y Gus es un tutor personal para niños y jóvenes que son actores —lidiando con jóvenes malcriados en todo momento—. Conforme la trama avanza, una serie de eventos se desencadenan logrando que la historia de estas dos personas se cruce, haciéndonos creer que están destinados a estar juntos y ser felices para siempre, como el típico cliché del género, pero afortunadamente Judd Apatow nos presenta una historia que se siente mucho más real y orgánica en cuanto al desarrollo y evolución de estos personajes, incluyendo su propia relación.
Ambos personajes son polos opuestos; ella es una mujer que gusta del alcohol, drogas y sexo por igual, y el es mucho más santurrón, catalogado como una persona pasiva-agresiva debido a su personalidad “pacífica”, donde incluso llevarle la contraria a alguien le es muy complicado. Y como es de esperarse, ambos tendrán diversos choques debido a este factor tan importante, lo cual genera que empecemos a ver el desarrollo de estos personajes como individuos, y no como pareja, lo cual convierte a la serie en un trabajo mucho más interesante, aunque no libre de errores. En algunos episodios el ritmo de la historia decae, tratando de forzar algunas situaciones en beneficio de la supuesta “comedia” que contiene esta historia, pero la “comedia” funciona mucho mejor cuando esta nace de forma involuntaria en la historia y personajes, no cuando se le mete con calzador tratando de crear situaciones “graciosas”, creando en cambio, situaciones un tanto aburridas.
El principal acierto de Love son sus protagonistas, encarnados a la perfección por Gillian Jacobs y Paul Rust, quienes logran crear una excelente química cada vez que los vemos juntos en pantalla. La naturalidad con la que surge su relación y esta crece, se daña o se detiene, es algo que probablemente muchos de nosotros hemos experimentado a lo largo de nuestras vidas. Como humanos que somos no estamos exentos errores, donde a veces el miedo a ser felices con alguien que no es nuestra “pareja ideal” nos impide ver más allá, creando una completa catástrofe en nuestro interior y nos hace tomar decisiones precipitadas, decisiones que en la mayoría de sus casos son equivocadas y lo único que logran es lastimar a alguien más o a ti mismo. Para cuando logramos darnos cuenta de esos “errores” tal vez es demasiado tarde, no solo para nosotros, sino para la relación en la que existíamos.
Love con todos sus aciertos y errores, ofrece una propuesta que tal vez se pudiera sentir un poco pasada de moda, dado a que estas relaciones imposibles las hemos visto en numerosas series, como Friends o incluso How I Met Your Mother, pero a diferencia de esas propuestas cómicas, Love entra en un terreno mucho más dramático, que si bien contiene dosis de comedia al estilo que nos tiene acostumbrados su creador, lo que ofrece en contenido se siente fresco y real, ya que podemos empatizar e incluso identificarnos con las acciones y personalidades de sus protagonistas.
- Los protagonistas
- La naturaleza y evolución dentro de su historia y personajes
- Algunos episodios se sienten forzados en materia de comedia
- El ritmo en algunos episodios es lento y puede aburrir