En el año de 1964, en Oslo, Noruega, Martin Luther King (David Oyelowo) aceptó el premio nobel de la paz; en ese mismo año un terrible suceso en una iglesia en Estados Unidos tuvo lugar, marcando por siempre a una generación. A su vez, este emblemático personaje logró tener una audiencia con el presidente en turno de Norteamérica, tratando de obtener el voto de los afroamericanos sin que estos fueran víctimas de prejuicios o traba alguna. Esta serie de eventos son los que dan inicio a esta “crónica” sobre la campaña que llevó a cabo Luther King a favor del voto igualitario, a través de una marcha pacífica en la ciudad de Selma, Alabama.
La película únicamente muestra un breve lapso de la vida de este hombre, el cual fue muy importante durante el activismo de Martin Luther King, así como para los derechos civiles de la población afroamericana, en EUA. Y es este hecho de sólo mostrar una parte de la vida de un personaje respetado y recordado a nivel mundial, lo que le da más valor a la película. Porque no se necesita conocerlo desde sus inicios hasta su muerte, en 1968; ni tampoco ver episodios de su niñez, con sólo una parte de su vida, basta para conocerlo a él, sus sueños y frustraciones, y los demás personajes que lo rodean. Pero esto, paradójicamente hablando, también es el problema de la película, porque es un tema con el cual no estamos tan familiarizados nosotros los mexicanos, por lo cual nos puede parecer aburrida o poco interesante.
Producida, por Oprah Winfrey y el equipo que nos trajo el año pasado 12 años esclavo; vuelven a ofrecer un gran producto que esta ocasión no mereció el reconocimiento al que debía aspirar, quizá debido a que fue muy pronto volver a ver una película con una temática similar, además del claro favoritismo a otras temáticas este año por parte de la misma Academia Cinematográfica de EUA, los sindicatos ningunearon a esta cina, otorgándole solo dos nominaciones al Oscar; una a Mejor película y la otra a mejor canción Original, siendo que también debió haberse reconocido a la directora Ava Duvernay, por arriesgarse e imprimir su estilo en cada escena.
El actor David Oyelowo entrega una interpretación contundente y convincente como el héroe de la historia; otra persona que no fue tomada en cuenta fue el guionista Paul Webb, ya que su labor es imprescindible debido al cuidado con el que manejó la historia y la involucración de cada personaje donde ninguno sobra, así mismo el cinematógrafo Bradford Young, entrega un exquisito trabajo en cada plano y secuencia que vemos en la pantalla.
Los premios sólo le reconocerán a la canción, pero la historia así como recuerda a los personajes de esta historia, recordará a la película como una de las mejores del año.
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