¿Qué pasaría si una misteriosa enfermedad infectara a la mayoría de la población mundial y tu única opción fuera recluirse en los adentros de un bosque junto con tu familia? ¿No harías hasta lo imposible por garantizar la seguridad de tus seres queridos? Este viene siendo el detonante principal a la trama de Viene de Noche, el segundo largometraje del escritor y director Trey Edward Shults, quien ganó cierta reputación gracias a su buena labor con su ópera prima titulada Krisha, la cual maneja un gran rango de emociones dentro de su historia de la cual, su núcleo principal es la familia. Y en este segundo filme de dicho director, el tema de la familia vuelve a ser el motor principal de una historia de horror contada a la vieja usanza, donde la atmósfera y el terror psicológico importa mucho más que los famosos jump scares, los cuales han dominado el cine de horror en los últimos años.
Viene de Noche se enfoca principalmente en la familia formada por Paul (Joel Edgerton), Travis (Kelvin Harrison Jr.) y Sarah (Carmen Ejogo), quienes tratan de llevar una vida relativamente pacífica en una cabaña en los adentros de un bosque. Esta pasividad se ve interrumpida cuando un hombre desconocido irrumpe en su hogar en medio de la oscuridad de la noche, lo cual lleva a Paul, el patriarca de la familia, a capturar e interrogar a éste individuo con la finalidad de descubrir la naturaleza de sus motivaciones. Aquí es donde entra en juego la interesante relación paterno-filial que existe entre Paul y su hjo Travis, puesto que tienen visiones diferentes del mundo, siendo la de Travis mucho más optimista que la de su progenitor. Poco a poco nos veremos envueltos en la perspectiva de Travis al empezar a ser el punto de enfoque y narración de esta historia hacia la audiencia; desde sus pocas palabras, hasta sus misteriosos sueños. Todo esto mientras se va creando una atmósfera de suspenso en los alrededores del bosque en el que habitan, donde aquello que no podemos ver resulta ser igual o mucho más aterrador que lo que podemos visualizar con nuestros ojos.
Aquí es donde entran en conflicto la humanidad —representada a través de Travis— y el instinto de supervivencia que tenemos —la cual se experimenta a través del patriarca—, haciendo un análisis muy interesante de aquello que nos hace ser humanos, para bien o para mal. Poco a poco este conflicto de emociones, sumado al gran manejo del suspenso del director gracias a una buena labor en edición y montaje, nos irá consumiendo poco a poco, a fuego lento, a través de su buen diseño sonoro y trabajada fotografía, demostrando nuevamente que para captar la atención de tu audiencia solo necesitas una historia honesta y convincente, que logre perturbar más allá de asustar; perturbar con el miedo a lo desconocido.
Viene de Noche no será una película perfecta, pero no se puede negar el gran talento de este director que con apenas dos películas en su filmografía, promete ser una fuerza a ser tomada en cuenta y que muy probablemente en un futuro no muy lejano, decida arriesgarse a presentarnos un proyecto mucho más grande y redondo. Solo el tiempo dirá si esto se cumple o no.
- Buen manejo del suspenso
- Buenas actuaciones
- Buena dirección
- El ritmo pausado puede aburrir a cierto público
- El final puede no agradar a varios
- Hay ciertos huecos en el guión que dejan cosas al aire