Hong Sang-soo ha formalizado su propio estilo cinematográfico y en Right Now, Wrong Then demuestra, una vez más, que la repetición es uno de los elementos constitutivos de su lenguaje cinematográfico. Right Now, Wrong Then se divide en dos partes casi identificas, en donde la película, al cabo de una hora, vuelve a repetirse desde donde comenzó, pero ahora con variaciones muy sutiles que cambian las acciones ejecutadas por los personajes. Ambas partes son una especie de paralelismo óptico, y desde los títulos que dan nombre a cada una podemos advertirlo. Primero Right Then, Wrong Now, y luego Right Now, Wrong Then, una inversión en las palabras que esquematiza una narrativa que despunta hacía dos líneas bifurcadas con un mismo origen.
En una secuencia de la película se ironiza la estructura narrativa de la que se vale Hong en gran parte de su obra y que de nuevo vuelve a aparecer aquí: Un plano muestra a los personajes sentados a la mesa, conversando, comiendo, bebiendo, y en el fondo se pueden alcanzar a distinguir varios afiches de películas, pero el que más llama la atención es el de la película francesa Boy Meets Girl de Leos Carax’s, como si de pronto se nos insinuara que en el título de la película de Carax’s ya estuviera condensada la historia que estamos viendo y que de hecho versa sobre como dos personas, un hombre y una mujer, se conocen. La historia que presenta tanto el film de Carax’s como el de Hong es esencialmente minimalista: Un chico conoce a una chica. Pero la sencillez en este caso reclama algo mucho más complejo, y tiene que ver con todo un entramado de relaciones interpersonales. Si bien Carax’s se inclina hacía un drama trágico del encuentro, Hong, por su parte, apuntala hacia una comedia del encuentro.
Todo empieza en el mismo punto. El director de cine Ham Chum-Su llega a la ciudad de Suwon para presentar su última película, sin embrago debido a un malentendido llega un día antes a la ciudad. Como no tiene ningún plan en mente, decide ir a visitar un templo, y en él conoce a Yoon Hee-jun, una joven que se dice aficionada a la pintura. Después de una charla muy breve ambos deciden ir a tomar algo, para poco después cambiar de lugar e ir al taller de ella para ver sus pinturas. Luego se dirigirán a un restaurante a comer y a beber soju (una situación muy usual y significativa en toda la filmografía de Hong). Ya muy ebrios, ella recuerda que tiene que ir a visitar a unos amigos suyos, entonces le pregunta a Chum-su que si no tiene ningún inconveniente pude acompañarla, y este acepta. En la casa de los amigos el desenlace se vuelve doble, y es aquí donde la repetición marca, en un sentido más fuerte, el ritmo de la película, porque es en este punto que las imágenes parecen fragmentarse y formar dos universos distintos entre sí. En la primera parte de la película quedan al descubierto los juegos de seducción de Chum-su. Por otro lado, en la segunda parte, el deseo se traduce más bien en un enamoramiento entre los protagonistas.
La situación anímica de los personajes que presenta cada una de las variaciones de la película es diferente entre sí, ya que lo que en ellos internamente cambia se produce a partir de lo que se repite en la película. La escena de cuando Hee-jun muestra su pintura a Chum-su es crucial para el desarrollo y ejemplifica muy bien la importancia de la repetición como elemento cinematográfico, pues en ambas partes se repite la misma escena pero con diferentes encuadres de cámara. En la primera parte vemos únicamente la pintura y oímos lo que Chum-su dice del cuadro, sin embargo podemos notar que sus palabras son vacías y su única intención es impresionar a Hee-jun. En la segunda parte el encuadre es opuesto al primero, pues en este vemos a los dos protagonistas, quedando la pintura fuera de campo, mientras que las palabras que ahora pronuncia Chum-su son distintas y un zoom de la cámara acentúa que su intención ahora es más auténtica y sincera, podemos ver su rostro. Ambas escenas muestran muy bien que la intención de Hong es mostrar que aquello que se repite nunca es lo mismo, la repetición no está determinada a un proceso mecánico que sólo reproduce los mismos puntos una y otra vez. De ahí que la película (y en sí toda la obra de Hong) no parta de una situación extra-ordinaria, sino que va desde lo más de ordinario, desde lo más común y reconocible, desde la cotidianidad, es decir, desde la vida misma, pues un simple día de nuestras vidas siempre está sujeto a una infinidad de acontecimientos que normalmente vienen de fuera, y que eventualmente se interiorizan: esto es salir al encuentro de lo otro.
En Right Now, Wrong Then las relaciones interpersonales se asumen o se viven de una manera muy singular, ya que hay una tendencia a mostrar lo absurdo de la situación; pero esto siempre viene acompañado del humor, y es a través de la risa que podemos dar cuenta de ello. El encuentro entre los protagonistas es ya en sí mismo un absurdo, en el sentido de que no existe razón alguna que justifiqué el por qué están ahí ni tampoco su manera de actuar. Los diálogos entre ellos son siempre erráticos, existe cierto entorpecimiento entre lo que se hace y se dice, y esto evidentemente se resiste a cualquier tipo de seriedad argumental debido a los enredos del lenguaje que derivan siempre en los aspectos cómicos de la película. Otro ejemplo de ello es el personaje de Chum-su que no sabe cómo reaccionar a un deseo que inevitablemente siente, la figura del artista, en este caso, la del director de cine, sufre una especie de desacralización, pues ante el amor siempre se es vulnerable, y no existe una manera precisa de actuar. Sin embargo Hong sabe cuál es el momento preciso para cambiar el ritmo de su película y mostrar los rostros de sus personajes, y arrancar de ellos lo que sienten. Esto lo logra a partir de dos recursos técnicos que son su marca personal: el zoom y los planos fijos. Las largas tomas se mezclan con diálogos que precisan el momento en que la atención del espectador se tiene que dirigir a cierto rasgo que enfatiza la cámara por medio del zoom y que irrumpe con la continuidad temporal. De este modo lo cómico en el cine de Hong sólo puede ser entendido dentro del flujo constante entre lo externo y lo interno. Lo externo en este caso sería todo encuentro y vivencia con lo otro que se escapa a cualquier tipo de sentido lógico, y lo interno es la afección que viene como resultado de la acción externa sobre las emociones de los personajes.
Por último, Right Now, Wrong Then no puede ser entendida sin recurrir necesariamente a toda la filmografía de Hong Sang-soo, debido a que cada una de sus películas es en sí misma la repetición de una sola idea. Y esta idea, que tanto le ha preocupado al director surcoreano, tiene que ver sobre cómo las personas se encuentran, se relacionan, se comunican, se aman, etc. O mejor dicho, sus películas hablan sobre la complejidad de las relaciones humanas, no sólo en relación con los otros, sino con uno mismo.