La nueva película del director Eduardo Contreras, titulada Las Oscuras Primaveras, protagonizada por Irene Azuela, José María Yazpik, Cecilia Suárez y Hayden Meyenberg, nos presenta una historia que abarca temas como la moral, el instinto humano, nuestra naturaleza de ser como somos en nuestra sociedad y el amor.
La historia es muy básica, una madre soltera (Azuela) que es relativamente joven, entra en conflicto con su propia existencia al comenzar una relación fortuita con un hombre casado (Yazpik), quien a su vez, es sumamente infeliz con el monótono matrimonio que comparte con su mujer (Suárez). Pero mientras más incrementa el deseo de placer de estos dos personajes, sus acciones e inacciones logran fracturar las débiles relaciones personales que tienen, ya sea una madre con su hijo o un esposo con su mujer.
Lo interesante de este filme, es la forma en que se aborda un tema como la infidelidad, en donde realmente no existen héroes o villanos. Son circunstancias muy sencillas, casi imperceptibles las que pueden generar este tipo de casos, aún cuando amas a la pareja que estás engañando. Pero lo que capta más la atención es la extraña relación de amor-odio que mantiene el personaje de Azuela con su hijo (Meyenberg, a quien hay que seguirle la pista), un constante tira y afloja entre una madre y su hijo, en donde más de uno se podrá identificar.
Al final, la libertad que los personajes principales desean es un tanto egoísta, con la simple finalidad de lograr su propia satisfacción, sin importar las terribles consecuencias que podrían tener en aquellos que dicen “amar”. Un retrato frío y realista de las relaciones de hoy en día, con algunas fallas y huecos narrativos, pero que de igual forma entrega su mensaje con efectividad.
