Tal como muchas personas los saben, cada público es diferente y la comercialización de un producto requiere como es natural, prestar atención a las diferencias socioculturales de los diversos grupos humanos. Pero ¿Hasta qué punto esto puede constituir un acto de racismo?
El próximo 9 de enero de 2016 se estrenará Star Wars: The Force Awaken en la República Popular de China, para un público que realmente no conoce a Star Wars. Se perdieron la trilogía original (producida por el capitalismo Yankee) y sólo un millón de chinos pudieron ver la trilogía de precuelas en el cine debido a las restricciones económicas ($4.6 millones de dólares en taquilla).
El 2016 en cambio, promete una audiencia similar a la de Jurassic World de cerca de 27 millones de chinos (unos nada despreciables 300 millones de dólares). Ante esta expectativa, los estudios de Mickey Mouse han generado una campaña especial para el mercado asiático, transmitiendo cortos totalmente distintos a los que hemos visto en esta parte del mundo. De estas piezas promocionales, lo que más ha llamado la atención es la omisión deliberada del actor británico John Boyega. Recientemente en el preestreno en Shanghai, Boyega minimizó las decisiones de mercadotecnia y pidió centrar la atención en la película. Por su parte Chen Qiuping director de Beijing Film Association dijo:
“dado que el cartel es solo un método promocional en un caso particular, sería injusto criticar a toda la audiencia china por discriminar al actor negro”.
En fin, no es la primera vez que una película con actores negros sufre este tipo de ediciones en China. En 2013 se eliminó a Chiwetel Ejiofor y demás actores negros de la promoción de 12 Years a Slave, centrando la publicidad en Brad Pitt. Pero, por tratarse del fenómeno de Star Wars, ha cobrado gran notoriedad. Qué piensan ¿Eliminar a Finn fue racista?
