Review de “Jurassic World”

El parque está abierto. Imaginemos un día en ese mágico lugar, un safari jurásico que nos hará recordar lo pequeño que pudimos ser ante aquella naturaleza extinta…

Comenzamos la aventura instalándonos en la habitación del hotel con una gran vista hacia las atracciones, podemos asumir claramente que estamos en el “Disneyland de los Dinosaurios”. Inmediatamente y sin perder mucho tiempo, corremos hacia el centro del castillo volcán que nos ilustra sobre la historia de los viejos reptiles y su forma de vivir. Ahora estamos listos para hacer el recorrido por las praderas junto a los “cuello largo”, no sin antes comprar el típico sombrero de paleontólogo.

Tanta caminata nos tiene cansados, por lo que decidimos regresar en tren mientras admiramos a los triceratops a la distancia. Al volver nos damos cuenta que llegamos justo a tiempo para admirar al enorme mosasaurio alimentándose, sin saber que de ahí saldríamos con la empapada de nuestras vidas.

Y como lo bueno siempre llega al final, apresuramos el camino para llegar a la cita con el siempre asombroso Tiranosaurio Rex. Y pues porque YOLO, aprovechamos esa única ocasión para tomarnos un selfie mientras nos sonríe con sus decenas de dientes afilados y bañados en sangre.

Así es como regresamos a nuestra habitación cargando decenas de souvenirs que jamás superarán los recuerdos que llevemos en la memoria. Es momento de compartir esa linda experiencia en las redes sociales: #Love #Dinosaurios #PiePequeño

Eso, amigos, es lo que nos trae de vuelta la película de “Jurassic World” un aclamado regreso a aquello vivido hace algunos años en el Parque Jurásico.

Veintidós años después de los eventos de “Jurassic Park”, la Isla Nublar ahora cuenta con un parque temático completamente nuevo y rediseñado, justo como lo deseó el viejo John Hammond.

Esta nueva cinta viene cargada de un boom nostálgico sobre los remakes de películas previas y tiene la difícil tarea de superar la magia que Steven Spielberg plasmó en 1993. Jurassic World apesta a Jurassic Park, ¿logrará alcanzar el éxito de su progenitora? Solo un poco.

Sabemos que a partir de “Parque Jurásico” el cine jamás volvió a ser el mismo. Aquella cinta logró crear unos efectos visuales realmente sorprendentes que hasta hoy en día lucen fascinantes. Y es por esa misma razón que ésta nueva película no para de rendir tributo a aquella obra maestra.

La historia, el guión y los personajes nos llevan constantemente de regreso a Jurassic Park, que en lugar de ser una especie de auto-homenaje pareciera un intento desesperado por querer enganchar al espectador y sus emociones con las glorias del pasado. No está mal, pero sin duda resta mucho peso a este nuevo intento por revivir lo extinto.

Y hablando de lo extinto… es aquí donde llegamos a un punto cuestionable sobre el argumento. Y es que ahora los dinosaurios son creados a placer y gusto del hombre, la amenaza principal no resulta ser un temible T-Rex, sino un híbrido genético creado para ser la nueva atracción y cuyo resultado termina siendo un terrible error, además de algo completamente inverosímil y absurdo. Tan absurdo como la idea de poder domesticar a un velociraptor.

Esta nueva amenaza mutante es un peligro para los 20,000 asistentes del parque que deberán buscar refugio si es que no quieren terminar extintos como sus agresores. La historia se llena de acción al momento en que los reptiles comienzan a salirse de control, la armonía del parque temático ha terminado a pesar de que los inversionistas y dueños sobreponen su negocio por encima de la muerte de algunos pocos.

Otro punto negativo pero justificable es el exceso del “product placement”. Es entendible que un proyecto de esta magnitud necesite fondos para producirse, pero es un descaro la manera en que éstas tomas se presentan y la cantidad de veces que ocurre. Se nota que marcas como Coca-Cola, Samsung, Mercedes Benz y Beats by Dre se pusieron muy serios a la hora de querer acaparar pantalla durante la película.

Pero no todo es catastrófico en el Mundo Jurásico. Los efectos visuales indudablemente son de lo mejor de la cinta, los dinosaurios cobran vida ahora más que nunca y aquel lugar cercano a Costa Rica parece tan real como los sueños de muchos porque en verdad existiera.

La música y efectos de sonido son casi igual de sorprendentes como la primera cinta. Esas notas épicas serán reconocibles por todos aquellos seguidores de los primeros dinosaurios. Sin embargo, los sonidos de los primeros habitantes de la tierra no son tan impactantes, es decir, ya lo habíamos escuchado.

Chris Pratt nos entrega una actuación extraordinaria en su papel de héroe y domador de dinosaurios. No es coincidencia que sea el actor popular del momento, ha sabido ganarse buena reputación. Bryce Dallas Howard muestra una actuación sencilla para un personaje sin complicaciones, no es la damisela en peligro – cosa que se agradece – pero tampoco llega a ser trascendente en la historia. Jake M. Johnson, conocido por la serie “New Girl” es quien brinda comicidad al guión de una manera natural y los jóvenes Nick Robinson y Ty Simpkins cumplen en su papel de hermanos, sin muchas exigencias.

El director, Colin Trevorrow, quiso explorar un nuevo rumbo en la franquicia que ninguna otra había tocado. Sin duda consigue generar emoción en el espectador, imprime alma al proyecto que por fin se ve plasmado en un auténtico parque de dinosaurios. Probablemente veremos una segunda entrega para seguir con la “nueva trilogía”.

En conclusión, el Mundo Jurásico es un lugar asombroso repleto de diversión para chicos y grandes. Un grato entretenimiento que muchos querrán revivir y revisitar en futuras ediciones. Hasta entonces, las puertas del parque se han cerrado.