La Bella y La Bestia es uno de los clásicos animados de Walt Disney más queridos e importantes dentro del cine de animación, ya que a pesar de contar con personajes verdaderamente memorables como Bella o La Bestia, marcó historia al convertirse en la primer cinta animada que fue nominada dentro de la categoría de Mejor Película en los Premios Oscar (El cual perdió ante El Silencio de los Inocentes). Esto no le impidió llevarse dos estatuillas por Mejor Música Original y Mejor Canción en la misma ceremonia.
Ahora, a más de 25 años de su estreno y la actual visión de la compañía productora de convertir a todos sus clásicos animados en películas live-action, llega a la pantalla grande la adaptación de La Bella y La Bestia, contando con Emma Watson como Belle y Dan Stevens como La Bestia. Dentro del reparto también encontraremos a celebridades como Ewan McGregor, Gugu Mbatha Raw, Emma Thompson, Kevin Kline, Stanley Tucci, Josh Gad y Luke Evans.
La historia del filme es la que ya conocemos, Belle es una joven aldeana que radica en un pintoresco pueblo francés y que al desaparecer su padre, va en su búsqueda solo para descubrir que ha sido encerrado en un misterioso castillo, en el cual habita una monstruosa criatura. Para salvar a su padre, Belle decide quedarse en este castillo en lugar de su padre para que éste pueda ser liberado. Es así como irá conociendo los misterios que encierra La Bestia, el castillo y una serie de personajes que irá conociendo a lo largo del tiempo.
Esta nueva moda por parte de Disney sobre tratar de re-inventar sus clásicos y ofrecer así, una propuesta visual y narrativa diferente (a veces es muy poca la diferencia) es algo que en ocasiones le ha funcionado y en otras no tanto. En este caso en particular, adaptar una historia como La Bella y La Bestia representaba una gran oportunidad para complementar y actualizar uno de los filmes más queridos de la casa del ratón, para así lograr cautivar a una nueva generación. Desafortunadamente el resultado dista mucho de ser lo que se esperaba, ya que aunque la trama es básicamente la misma, con algunos elementos nuevos dentro de ella, la magia y personalidad que caracterizan al filme de 1991 se ha perdido en esta adaptación.
Son muchos los factores que influyen en esto y el primero de ellos es la adición de ciertos elementos que no eran necesarios para una historia que realmente no necesitaba de ello, logrando solamente alargar la historia de forma innecesaria. Otro punto que afecta la experiencia es la forma en que se trasladó el diseño de La Bestia y su representación a través de efectos visuales, los cuales se notan demasiado falsos a comparación con efectos utilizados para la adaptación live-action de El Libro de la Selva, lo cual es irónico al hablar de una cinta que se estreno un año antes. Y para cerrar los puntos en contra, de forma dolorosa debemos aceptar que Emma Watson es uno de ellos, ya que a pesar de su increíble carisma, su gran esfuerzo por llevar a cabo los números musicales del filme, el papel le queda grande, lo cual deja en evidencia que su contratación fue más por fama que por talento.
A pesar de sus muchos fallos, no todo es malo en esta película pues varios de sus personajes secundarios están brillantemente interpretados, al igual que el diseño de arte y vestuario está muy bien logrado y se nota que fue uno de los aspectos mejor cuidados de la película. La música (con algunas nuevas canciones) está a cargo nuevamente del legendario compositor Alan Menken, respetando sus temas originales, creando así un efecto de nostalgia sonora muy bien recibido.
En resumen podemos decir que el director Bill Condon nos trató de ofrecer una película que hiciera un lindo homenaje a su versión original, pero que nos deja un sabor agridulce debido a los factores antes mencionados y lo único que logra es que apreciemos mucho más la versión animada, demostrando que si bien la magia existe, ésta no se puede imitar.
- Diseño de Arte y Vestuario
- Música
- Efectos Visuales
- Imitación que pierde la magia de la original
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