Desde hace algunos años el cine de Reino Unido nos ha regalado mas de alguna joya, película muy entretenidas y con historias fascinantes, muy bien producidas y que cuidan hasta el más mínimo detalle. Florence Foster Jenkins estoy seguro que era una desconocida para muchos, solamente algunos amantes de la música podrían reconocer. Pero no cabe duda que el retrato tan humano que nos regalan en esta cinta musical funciona y hará que de ahora en adelante no la olvidemos.
El director Stephen Frears, logra conjuntar trío protagonista que llevan a Florence Foster Jenkins a puerto seguro con Meryl Streep a la cabeza como protagonista, Hugh Grant como su amado esposo y cómplice, además de Simon Helber, quien busca deshacerse de la imagen de Howard Wolowitz.
La historia de Madame Florence Foster Jenkins se centra en el mismo personaje, una bohemia adinerada y amante de la música, quien es dueña del Club Verdú, un reciento donde ella y sus amigos pueden disfrutar de música clásica y del buen ambiente del refinado mundo de New York, pero ella tiene un sueño que luchara por cumplir y es el de convertirse en cantante de Opera, aún sin tener la más mínima preparación o entonación.
“La gente podrá decir que que no canto, pero nunca podrán decir que no intente cantar”
Las actuaciones son superlativas, una Meryl Streep que ya nos tiene acostumbrados a sus personajes camaleónicos y que le sientan perfectamente, esta vez interpretando a una mujer llena de inseguridades y recelo, con una historia de fondo fuerte y llena de tragedia, pero que es tocada sutilmente para no perder tiempo en la trama y todo eso Meryl, logró transmitirlo perfectamente con su personaje. Pero quien termina sorprendiendo a todos con su entrañable actuación es Hugh Grant como el abnegado y devoto esposo St. Clair, quien busca de toda manera siempre cuidar y consentir a su amada mujer, quien se nota tiene que cuidar de todos los asuntos alrededor de ella para protegerla y aparte llevar una segunda vida, la cual no la lleva por no amarla. Su personaje esta lleno de matices y conflictos internos que son mostrados ligeramente en pantalla, pero se le notan al personaje en cada una de sus acciones y decisiones. Sin quedarse atrás Simon Helberg lo hace de maravilla como Cosme McMoon, el cómplice y apoyo de cada una de las ocurrencias de este par de esposos.
Otro punto grande en esta producción es el muy bien cuidado trabajo de arte, un vestuarios perfectamente cuidado que entona perfectamente con la época, una fotografía sobre preciosista que nos regala una imagen muy agradable y vistosa. Como punto a favor nuevamente Stephen Frears nos regala una cinta con toques cómicos dentro del drama que suavizan la trama pero le da mucha humanidad, algo como lo que sucede en Philomena.
Florence Foster Jenkins es una gran película biográfica, muy sencilla y digerible, nunca te aburrirás y pasaras un gran momento, lamentablemente compite con obras un poco más osadas este año por lo que no le auguro mucho éxito en la temporada de premios a excepción de una posible sorpresa de Hugh Grant. Pero si ya en esta época no estas encontrando una película que valga le pena en cartelera, te recomiendo le des una oportunidad a esta cinta.
- Actuaciones
- Dirección
- Arte
- Algunos no la tomaran muy seriamente
- No entraron tanto en los personajes