El polémico documental “No soy tu negro” realizado por Raoul Peck, conocido activista político haitiano (Lumumba, 2000) se suma a la batalla contestataria en la que Hollywood se ha alineado con temas raciales cada año. Este documental tiene como base principal los textos del escritor y activista James Baldwin, quien cuenta con la voz de Samuel L. Jackson como narrador. La ideología de Baldwin desafía el radicalismo (desacuerdo contra el Partido Pantera Negra) y consigue encender el razonamiento legítimo que no dejó de profesar: “Sabemos que nosotros, los negros, y no solo nosotros, los negros, hemos sido y somos víctimas de un sistema cuyo único combustible es la codicia, cuyo único dios es el beneficio”. Sus textos -lejos de un rencor irracional- exigen que el entendimiento de la esclavitud y el racismo es y ha sido un elemento integral para la construcción de los Estados Unidos de América; “La historia de los negros es la historia de América”.
El racismo en Norteamérica ¿Acaso E.U.A. no ha sido escenario de los mas ruines comportamientos humanos? Peck nos demuestra una vez mas que así es, el pueblo norteamericano en voz de Baldwin nos permite ver bajo ojo crítico a una nación ignorante y abusiva, donde su ideología se convulsiona una y otra vez en el bodrio social haciendo de su vida una imponente y sobretodo falsa película de doctrina fascista; un orden mundial al cual todos le rendimos pleitesía. Para esto Peck acierta con el discurso documental, con una mirada analítica del sistema y la historia de los Estados Unidos mediante un uso impresionante de materiales de archivo, fotografías y casos particulares de resistencia, esto a través de tres personajes con los que amistó Baldwin; Malcolm X, Medgar Evers y Luther King quienes pagaron con muerte sus discursos a favor de la igualdad de oportunidades en la llamada tierra de los sueños y oportunidades.
El cineasta reconoce el terreno en que los Estados Unidos ha logrado homogeneizar un modelo de vida, además de estereotipar las razas mediante el uso de medios de información masivos, tales como las películas, hijas de un modelo clásico de representación hollywoodense que dieron forma a su mundo; un mundo sin rostros negros o en su defectos negros vistos como salvajes, como seres inferiores a aquellos que poseen tez clara.
Sin temor a equivocarme “No soy tu negro” es un filme oportuno de suma importancia, sobre todo en ésta época donde el nacionalismo se ve representado (y no de la mejor manera) en cada discurso del presidente electo Trump. El documental no solo refuerza un marco de referencia sobre el conflicto racial, también alcanzamos a divisar el presente con nuestra propia historia de racismo ya que como nación, no estamos exentos de ello. Recordándonos que el no conocer la historia debería ser un pecado: “La historia, no es el pasado, es el presente”.
- Buena documentación historiográfica
- Buen montaje
- Información segregada